jueves, 21 de febrero de 2013

LA REFORMA LABORAL Y EL RATÓN EN EL ZAPATO





A lo largo de estas semanas y coincidiendo con el aniversario de la Reforma Laboral, se han publicado un gran número de artículos, balances y opiniones a favor de la Ley y, otras, la gran mayoría, en contra, expresando la experiencia negativa del año de su vigencia. Sin exageraciones, este negativo balance ha permitido evaluar sus efectos de cambio profundo en las relaciones laborales de nuestro país. Mientras tanto, otros, sin negar los efectos negativos que expresan las cifras de empleo destruido en su primer año de vigencia, apelan a actos de fe desde el argumento de que los beneficios van a llegar muy pronto.

Pero tan grave como las consecuencias que está provocando la letra de esta ley, es su música, que sigue insistiendo en el error del diagnóstico de nuestros males y, lo que es peor, reiterando el error en los remedios.

Otro riesgo, igual de grave para los trabajadores y trabajadoras es que, después de reiterar una y otra vez la agresión cierta que ha representado la Reforma Laboral, acabe prendiendo la desmoralización sindical y, con ello, cunda la idea de que no hay nada que hacer en la negociación colectiva, ni en la acción sindical en las empresas. Un grave error que la realidad nos desmiente día a día con multitud de ejemplos: Nissan, Bankia, Convenio General de la Industria Química,  etc.

Un riesgo a evitar es el que podrían acabar provocando muchos de los trabajos publicados por los propios sindicatos y su entorno, cuyas expresiones y argumentos, ciertos y con la mejor intención, aunque gruesos, puedan llevar a entender que ya no hay capacidad de respuesta de los trabajadores y trabajadoras ni de sus sindicatos. El riesgo está en que se instale el erróneo convencimiento de que se ha destruido la negociación colectiva en las empresas y los sectores como consecuencia de la crisis, el miedo y la Reforma Laboral.

Es urgente un gran esfuerzo para explicar e informar a la sociedad de las muchas experiencias que desmienten la percepción del  "no hay nada que hacer", porque, de no remediarlo, podría acabar extendiéndose en el pensamiento de la mayoría de trabajadores y trabajadoras y en la acción de los  representantes sindicales, como le ocurrió al ratón de la conocida fábula del "Ratón en el zapato" y que nos cuenta que: “había una vez un ratón muy, pero que muy, inteligente, que se introdujo sin darse cuenta dentro de un zapato y, una vez dentro, creyó que se había metido en una ratonera. Como era muy inteligente y sabía mejor que nadie que no se podía escapar de una ratonera se quedó dentro y murió”.

Valga la metáfora del inteligente ratón que muere dentro del zapato para resaltar la necesidad de que, más allá de los cientos de opiniones, trabajos y estudios críticos sobre el contenido de la reforma, más allá de la grave crisis económica que estamos padeciendo en la mayoría de las empresas, y más allá de las muchas y evidentes dificultades para la militancia sindical, hay que afirmar que la acción sindical diaria y la unidad sindical están respondiendo con éxito en muchos casos.

Así que quizás sea el momento, de iniciar una seria ofensiva desde todos los frentes: sindicatos, laboralistas, profesores del derecho, inspectores de trabajo, magistrados, etc. Un frente compuesto por quienes hemos criticado la Reforma Laboral, y nos hemos movilizado frente a la misma, que lleve a encontrar, explicar, publicitar y analizar los cientos ejemplos, experiencias, resultados y sentencias, que también las hay muchas y muy importantes, para hacer entender al conjunto de los trabajadores y trabajadoras que estamos dentro de un zapato y no, aunque muchos lo quisieran, en una ratonera sin salida. Porque no se ha destruido la negociación colectiva, ni la acción sindical en las empresas y los sectores. Es el momento de demostrarlo, de comprobarlo y también de explicarlo. 

Vencerá la razón y, con ella, la Reforma Laboral se modificará, se “desmontará” como han exigido hace unos días Toxo y Méndez, que nadie lo dude. Pero mientras, es preciso pelear con los buenos ejemplos que lo hay a cientos. Digamos que mientras se imaginan unas alas más grandes, ahora toca moverlas y moverlas con fuerza para volar mientras se siguen imaginando y conquistando.

viernes, 8 de febrero de 2013

EXIJAMOS A LAS EMPRESAS COMPROMISOS CON EL EMPLEO




Si por marketing se entiende el proceso de comprender los deseos y las necesidades del consumidor y la estrategia para crear la relación con éste, las intensas campañas de publicidad en los diversos medios de comunicación de un número importante de empresas, en las que el mensaje a trasladar es su nuevo y fuerte compromiso con el empleo y el hecho de que en estos momentos estén coincidiendo todas a la vez y con la misma idea fuerza, demuestra que no responde a la casualidad.

La prueba de esta afirmación es muy fácil: vayan a la portada de este medio, Economía Digitalhttp://www.economiadigital.es/, repasen el contenido de la publicidad y comprobarán que la mayoría de sus anuncios coinciden en informar sobre sus esfuerzos con la financiación y promoción de proyectos y planes dirigidos al empleo: “becas o prácticas para universitarios”, “plan de formación y empleo”, “fondo de emprendedores”, “lanzadera o plataformas de nuevos proyectos de emprendedores”, “viveros o incubadoras de apoyo a la innovación”, "aceleradoras de TIC"...



Iniciativas que son una buena noticia si expresan que los gestores de algunas de nuestras más importantes empresas han percibido que para la sociedad española el problema más importante es el desempleo y entendido que sus clientes reclaman más compromiso empresarial tanto con el empleo como con las necesidades formativas, con la innovación, con la creación de empresas, con el empleo juvenil... Y que algunas empresas han asumido que hoy, en este país, es muy difícil hablar de responsabilidad social sin adquirir un compromiso que aporte nuevas iniciativas y soluciones para afrontar nuestro principal problema, el desempleo y, muy especialmente, el desempleo juvenil.

Parece que algo se está moviendo en la buena dirección si observamos las nuevas iniciativas surgidas en algunas de nuestras grandes empresas y los proyectos para comprometerse con nuevos planes y proyectos dirigidos al empleo juvenil, a la formación profesional, al impulso de apoyo a la creación de pequeñas empresas o al apoyo y soportes de la innovación.

Como siempre, deberemos esperar al balance final de todas ellas para comprobar si son iniciativas que se han quedado en una moda vacía de contenido, es decir, sólo en la publicidad o en el uso de una imagen oportunista, lo cual sería imperdonable y la sociedad y sus clientes debería castigarlas o, si por el contrario, como debería ser, son la expresión de que han entendido, como lo hicieron hace muchos años en otros países, el imprescindible papel que pueden jugar como motores económicos y sociales en campos tan necesitados de apoyo como la educación, la formación, la innovación, el empleo y, sobre todo, su función de papel de arrastre para cientos o miles de pequeñas y medianas empresas. 

Es el momento de que nuestras grandes empresas ayuden con su iniciativa y se impliquen con sus recursos y con su ejemplo, yendo más allá del mero cumplimiento de la ley. Es la hora, en estos momentos especialmente graves, en que las grandes empresas, además de mirar hacia los accionistas, aporten también el compromiso con sus propios empleados y con el conjunto de la sociedad. También deberían escuchar a nuestros jó́venes que emigran a trabajar a otros paí́ses europeos y nos explican las diferencias entre aquel mundo del trabajo y el nuestro y resaltan lo que allí han percibido: un mayor valor al empleo y un mayor valor al propio trabajador, a su formación, a su desarrollo profesional y a la transferencia de conocimientos entre generaciones en la empresa.

Es precisamente en estas graves circunstancias cuando debe expresarse la fortaleza y vitalidad de una sociedad, y de todas sus instituciones, y ver si son capaces de fortalecer el diálogo y de alcanzar los necesarios acuerdos para afrontar urgentemente las medidas que nos permitan atacar nuestro gravísimo paro juvenil. Es ahora cuando debe expresarse el test de la verdadera y real cultura, del verdadero compromiso y responsabilidad social de cada empresa, porque desde ellos es desde donde las empresas ganarán su influencia social y no pagando comisiones a partidos políticos, ni en los palcos de los estadios de fútbol o en los cócteles de los grandes eventos.


martes, 5 de febrero de 2013

Política industrial: ¿factura energética o fractura hidráulica?


Desde hace unos años, en la mayoría de los análisis económicos e industriales y, en particular, en todo aquello vinculado con la energía, se ha incorporado un nuevo término: "fractura hidráulica" o "fracking", una nueva tecnología para la recuperación de reservas de gas no convencional del subsuelo hasta hoy inaccesible. Esta nueva tecnología ha permitido, por ejemplo, a EEUU ser autosuficiente en gas natural y, con ello, poder incorporar nuevos y potentes factores de mejora de competitividad en su industria química y petroquímica, competidora muy directa de la industria química europea con no pocas amenazas de descolonización. El desarrollo de las técnicas de fracturación ha alimentado la esperanza de reducir la dependencia energética de muchos países.
.¿Deberíamos estar preocupados los ciudadanos europeos -donde ni siquiera ha comenzado la explotación con esta nueva tecnología- por si pudiera representar que perdamos la próxima revolución energética? Más bien parece que no, ya que en Europa el volumen de las reservas de gas existentes, según la Agencia Internacional de la Energía, no serían tan importantes como en EEUU o China. Pero podría ser muy importante y positivo para la economía y la industria de aquel país europeo que tuviera un volumen importante de estas reservas energéticas.
También en esto, Europa -donde en junio de 2011 la Comisión de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad del Parlamento Europeo publicó un informe en el que se planteaban interrogantes sobre el uso de la fractura hidráulica como técnica de investigación y extracción de gas-, tiene una realidad heterogénea. Heterogénea en relación a la oposición y contestación social frente a los inciertos riesgos a la salud y medioambientales, que en España es importante. También en relación a las autorizaciones y reglamentaciones para realizar estas exploraciones de gas porque son competencia de cada país miembro, lo cual podría llevar a prácticas diversas y contradictorias dentro de la EU. Por ejemplo, podrían llevarse a cabo en Polonia y no en Francia, con prácticas tan diversas entre sí como su cobertura y su mix energético, donde Polonia cuenta con importantes reservas de carbón subvencionado y Francia con una alta cobertura energética gracias al peso de su energía nuclear.
Así, sería muy positivo que un día la explotación de las reservas de gas no convencionales pudieran ser utilizadas en nuestro país. Para ello es imprescindible una legislación más estricta que obligue a los productores a adoptar las últimas tecnologías, y realizar todos los esfuerzos científicos y técnicos en descubrir y comprender todos y cada uno de los impactos. Y para que los efectos sobre la salud y el medioambiente estén plenamente investigados y regulados, y resueltos positivamente, y sobretodo entendidos socialmente, es necesario un debate social y político que huya de la exageración y el maniqueísmo, que se sustente en el rigor científico, y especialmente esté guiado por el bien común por encima de las rentabilidades y de los intereses económicos o políticos particulares. Así es muy posible que podamos responder la pregunta con la que se encabeza esta reflexión: ¿factura energética o fractura hidráulica?