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Partiendo
de la máxima que "no ofende quien quiere sino quien puede" y por ello
titulares como "Sindicalistas acarreados en 850 autobuses piden un
referéndum" aparecido en El Mundo el domingo 16 de septiembre no tienen
más valor que la reiteración de un línea editorial por todos conocida
El
contenido del curioso artículo de D. Luis María Ansón, publicado en el mismo
periódico el lunes siguiente día 17, titulado “Los liberados sindicales se
manifiestan en Madrid”, merece una detenida lectura a pesar de que el tono y el
contenido puedan provocar dudas sobre la propia firma del mismo: “Luis María
Ansón es miembro de la
Real Academia Española”. Los fundadores de ésta, que le
asignaron la tarea de velar por “la propiedad, la elegancia y la pureza del
idioma”, dudo que se sintieran demasiado satisfechos por esta nueva entrega del
erudito firmante.
Las
manifestaciones del pasado 15 de septiembre son calificadas por el erudito
firmante con expresiones como “desfilaban aborregados”, “la responsabilidad del
cierre de la mayoría de las medianas y pequeñas empresas, también de los EREs
que se han multiplicado, corresponde a las centrales sindicales”, “me acordé
enseguida de las manifestaciones de los sindicatos verticales de Franco” y
otras lindezas por el estilo en las que destila de nuevo su ya conocido odio a
las organizaciones de los trabajadores.
Sorprende
sin embargo que como base de su diatriba diga “recorrí el domingo el paseo de la Castellana ...”, “los
manifestantes del domingo …”. Sorprende que quien tan bien recuerda las
manifestaciones franquistas no recuerde que la movilización promovida por los
sindicatos y decenas de organizaciones sociales no se desarrolló el domingo,
¡sino el sábado!. Quizá lo que pasó es que fue efectivamente a pasear el
domingo por la Castellana
y confundió a otros paseantes con furiosos manifestantes rojos.
En
cualquier caso, convendría que el Sr. D. Luis María Ansón acudiera a un
especialista que le diagnosticara y tratara estos síntomas de estridencia
insultante y falta de rigor, que le ayudara a entender que sus fobias le
imposibilitan realizar una sosegada, sabia y constructiva reflexión, lo que
sería más propio de su edad y supuesta experiencia, y de la que tan necesitada
está hoy nuestra difícil realidad social. Digamos que si algún deporte
necesitamos practicar –y ser los campeones-, es remar en la misma trainera y en
la misma dirección, y no el común y destructivo tiro al plato, donde el insulto
y la descalificación de brocha gorda son los rasgos básicos del discurso, como
se desprende de este desafortunado artículo.
El sábado
15 de septiembre se llenó Madrid, el número lo podemos dejar al gusto del
consumidor, de personas venidas de todos los rincones de España para expresar
democráticamente sus inquietudes, problemas y preocupaciones, pero también para
criticar, reclamar y exigir lo que consideran ha de hacerse para seguir
construyendo una sociedad mejor. Madrid se llenó, el número lo seguimos dejando
al gusto del consumidor, de gente de todo tipo, origen y condición: enseñantes,
químicos, textiles, metalúrgicos, bomberos, empleados públicos, periodistas,
estudiantes, parados, pensionistas......
Gente
dispuesta al esfuerzo compartido, equilibrado, pero gente contraria a la actual
política económica del Gobierno, que se niega a que le recorten los derechos
sociales y laborales y a dar el visto bueno a que los sectores más débiles de
la sociedad sean los que paguen los platos rotos de la fiesta. El sábado, la Castellana se llenó de
gente buena y trabajadora, consciente del difícil momento que estamos
atravesando, pero que se niega a quedarse callada, pasiva o inmóvil, gente
normal como la que Sr. Ansón vio “el domingo en el paseo de la Castellana y otras
calles”, y que observó con tanta atención el ilustre periodista pero sin querer
entender nada, según se desprende de su violento articulo. Lo dicho, no ofende
quien quiere.