A lo largo de estas semanas y coincidiendo con el aniversario de la Reforma Laboral , se han publicado un gran número de artículos, balances y opiniones a favor de la Ley y, otras, la gran mayoría, en contra, expresando la experiencia negativa del año de su vigencia. Sin exageraciones, este negativo balance ha permitido evaluar sus efectos de cambio profundo en las relaciones laborales de nuestro país. Mientras tanto, otros, sin negar los efectos negativos que expresan las cifras de empleo destruido en su primer año de vigencia, apelan a actos de fe desde el argumento de que los beneficios van a llegar muy pronto.
Pero tan grave como las consecuencias que está provocando la letra de esta ley, es su música, que sigue insistiendo en el error del diagnóstico de nuestros males y, lo que es peor, reiterando el error en los remedios.
Otro riesgo, igual de grave para los trabajadores y trabajadoras es que, después de reiterar una y otra vez la agresión cierta que ha representado la Reforma Laboral , acabe prendiendo la desmoralización sindical y, con ello, cunda la idea de que no hay nada que hacer en la negociación colectiva, ni en la acción sindical en las empresas. Un grave error que la realidad nos desmiente día a día con multitud de ejemplos: Nissan, Bankia, Convenio General de la Industria Química , etc.
Un riesgo a evitar es el que podrían acabar provocando muchos de los trabajos publicados por los propios sindicatos y su entorno, cuyas expresiones y argumentos, ciertos y con la mejor intención, aunque gruesos, puedan llevar a entender que ya no hay capacidad de respuesta de los trabajadores y trabajadoras ni de sus sindicatos. El riesgo está en que se instale el erróneo convencimiento de que se ha destruido la negociación colectiva en las empresas y los sectores como consecuencia de la crisis, el miedo y la Reforma Laboral.
Es urgente un gran esfuerzo para explicar e informar a la sociedad de las muchas experiencias que desmienten la percepción del "no hay nada que hacer", porque, de no remediarlo, podría acabar extendiéndose en el pensamiento de la mayoría de trabajadores y trabajadoras y en la acción de los representantes sindicales, como le ocurrió al ratón de la conocida fábula del "Ratón en el zapato" y que nos cuenta que: “había una vez un ratón muy, pero que muy, inteligente, que se introdujo sin darse cuenta dentro de un zapato y, una vez dentro, creyó que se había metido en una ratonera. Como era muy inteligente y sabía mejor que nadie que no se podía escapar de una ratonera se quedó dentro y murió”.
Valga la metáfora del inteligente ratón que muere dentro del zapato para resaltar la necesidad de que, más allá de los cientos de opiniones, trabajos y estudios críticos sobre el contenido de la reforma, más allá de la grave crisis económica que estamos padeciendo en la mayoría de las empresas, y más allá de las muchas y evidentes dificultades para la militancia sindical, hay que afirmar que la acción sindical diaria y la unidad sindical están respondiendo con éxito en muchos casos.
Así que quizás sea el momento, de iniciar una seria ofensiva desde todos los frentes: sindicatos, laboralistas, profesores del derecho, inspectores de trabajo, magistrados, etc. Un frente compuesto por quienes hemos criticado la Reforma Laboral , y nos hemos movilizado frente a la misma, que lleve a encontrar, explicar, publicitar y analizar los cientos ejemplos, experiencias, resultados y sentencias, que también las hay muchas y muy importantes, para hacer entender al conjunto de los trabajadores y trabajadoras que estamos dentro de un zapato y no, aunque muchos lo quisieran, en una ratonera sin salida. Porque no se ha destruido la negociación colectiva, ni la acción sindical en las empresas y los sectores. Es el momento de demostrarlo, de comprobarlo y también de explicarlo.
Vencerá la razón y, con ella, la Reforma Laboral se modificará, se “desmontará” como han exigido hace unos días Toxo y Méndez, que nadie lo dude. Pero mientras, es preciso pelear con los buenos ejemplos que lo hay a cientos. Digamos que mientras se imaginan unas alas más grandes, ahora toca moverlas y moverlas con fuerza para volar mientras se siguen imaginando y conquistando.