La
recientemente aprobada Reforma Laboral contiene el falaz mensaje de que el
problema de nuestras relaciones laborales son los trabajadores y la solución
los empresarios, o que el problema son los sindicatos y la patronal, y la
solución el gobierno. Por su parte, en Navarra los agentes sociales CEN, UGT y
CCOO se están esforzando en desmentir este mensaje y han alcanzado un acuerdo
que pone en valor el diálogo y el consenso: "Los firmantes de este acuerdo, más
allá de los condicionantes citados,
consideramos que estamos obligados ante la sociedad navarra a hacer frente a la
situación desde el compromiso de todas las partes y desde la búsqueda de
consenso, que rompa la inercia de conflicto que está asentándose en nuestras
relaciones sociales y laborales."
Un acuerdo que aspira a reforzar los instrumentos de diálogo y
compromiso de los trabajadores con las dificultades y los éxitos de sus
empresas, justo lo contrario que inspira la recién aprobada Reforma Laboral. De
ahí viene la especial importancia de que la Patronal , CCOO y UGT de Navarra expresen su
sincero convencimiento de las bondades de que "reglas
pactadas y no impuestas en las relaciones laborales, son el mejor impulso a la
competitividad de las empresas y de la economía regional".
Es muy relevante que los firmantes compartan el diagnóstico de
la crisis y sus efectos, su preocupación por el retroceso de conquistas
sociales de los trabajadores, y por los riesgos que están viviendo la mayoría
de las empresas. Lo más esperanzador es comprobar que, como en las sociedades
maduras y avanzadas, la apuesta para hacer frente a las dificultades es la
suma, el diálogo y el esfuerzo común. Navarra saldrá mejor y antes de esta
grave situación porque los agentes sociales más representativos aspiran en el
Acuerdo a: "ser
protagonistas del cambio de modelo productivo necesario para poder competir y
afrontar el dinamismo del mercado global como elementos clave para la salida de
la crisis y la creación de empleo".
Alguien
puede decir ‘Palabras, sólo palabras’ y si Patronal y Sindicatos perciben este
Acuerdo como la rutina y uno más de los firmados durante los últimos 20 años
así es, o lo que es peor, si se mantiene la actitud, que se compadece poco con
este Acuerdo, por la dureza de los empresarios en sus empresas y las patronales
en los convenios de sector en Navarra puede que tenga razón, solo palabras y se
pierda una oportunidad. Y sin embargo este Acuerdo puede ser de especial
utilidad para avanzar por su contenido, y en especial considerando su
continente -la actual situación política, económica, industrial, de empleo- que
estamos viviendo al representar una referencia alternativa a las negativas
consecuencias que provocará el nuevo marco legal que impone la Reforma Laboral
que generará gruesas barreras para el diálogo y fuerte conflictividad en las
empresas.
Navarra es una economía con industrias muy exigentes en la
mejora constante de su productividad, innovación y formación. Objetivos que
requieren, como contempla el Acuerdo de "la apertura de espacios de diálogo
y participación permanentes que fomenten el consenso frente al conflicto desde
una visión capaz de articular los diferentes intereses en un proceso de suma
positiva".
Ahí reside el principal valor de este Acuerdo si todas las
partes al final lo ven con la pretensión de servir de acicate para el
compromiso común ante la situación gravísima de destrucción de empleo y ante la
urgente necesidad de producir más y con mejor empleo como se expresa con
ambición y nitidez: "La competitividad de las
empresas, y su mejora, debe construirse sobre la valorización del trabajo y en
el compromiso compartido por el futuro de la empresa".
La ambición
es mucha y su gestión compleja. Los frutos para Navarra serán seguros si las
palabras y buenas intenciones se convierten en hechos que refuercen el empleo
como elemento básico de inclusión social. Esta es la opinión desde de la Federación Sindical
de CCOO que organiza a múltiples sectores industriales en Navarra y en el
conjunto del estado: químicos, auxiliar del automóvil, energéticos, textil, etc
todos sujetos a la fuerte competencia global y conscientes que la prioridad
para el sindicalismo de clase hoy es salvar y reforzar, como contempla este
Acuerdo, los instrumentos de regulación que son los convenios colectivos y que la Reforma Laboral
debilita cuando no disuelve, por esto este Acuerdo es una buen mensaje más allá
de Navarra, en estos momentos de saturación de malas noticias, desconcierto,
enfrentamientos y prepotencias, donde las altas esferas de la gobernación no
son capaces de construir referentes positivos de estimulo al entendimiento, el
esfuerzo común y a la generosidad política que destierre el sectarismo tan
dañino en la historia de España.