Sabemos que el inicio de todo avance científico está en la pregunta y la manera de formularla, pues es la palanca que permite transformar y convertirse en la llave para abrir la puerta, asomarnos y encontrar nuevas posibilidades que se nos mantenían ocultas. Precisamente desde la pregunta se inicia el diálogo y la indagación que invita a pensar, escuchar y a hablar, y cuando es poderosa, nos asombra, inspira y motiva, y se convierte en el trampolín para mirar más allá de la inercia y el conservadurismo de lo que conocemos.
Es lo que ha formulado Isidor Boix Lluch, dirigente de IndustriALL Global Union, en su último articulohttp://iboix.blogspot.com.es/2016/10/7-de-octubre-jornada-mundial-de-accion.html desde Brasil en el II Congreso de la Federación Internacional Sindical que representa a 50 millones de trabajadores del sector minero, energético e industrial en 140 países, sobre la Jornada Mundial del 7 Octubre por el Trabajo Decente, que se convoca desde el año 2008 por la Confederación Sindical Internacional (CSI).
Preguntas como: ¿Por qué el 7 de octubre tiene tan escasa traducción en los centros de trabajo? y ¿Por qué rehuimos su análisis?, ¿Por qué sólo hay 48 Acuerdos Marco Globales en las multinacionales industriales y no se analizan las dificultades para conseguir un Acuerdo Marco Global en las cadenas de producción de muchas multinacionales, entre ellas todas las grandes marcas norteamericanas (GAP, NIKE, Walmart), o muchas italianas (Benetton, Prada, Armani, Gucci)?, ¿Cuáles han sido las iniciativas sindicales para conseguirlo, y cuáles las dificultades encontradas?, ¿Por qué no se ha conseguido reunir en los países que extienden las cadenas de producción multinacionales, a los sindicatos de las casas matrices de estas multinacionales con los sindicatos locales, para examinar cómo defender el trabajado decente en cada una de sus cadenas de suministro?.
¿Por qué no analizamos cómo asumir las particulares responsabilidades de los sindicatos de las casas matrices de las multinacionales en la lucha por la dignidad del trabajo en el mundo para conseguir hacer realidad lo que fácilmente gritamos: “otro mundo es posible”? ¿Por qué no afloran y se discuten las diferentes posiciones sindicales en torno a un tema de tanta importancia como los tratados de “libre comercio”? ¿O las medidas antidumping cuando son apoyadas por los sindicatos de los países más desarrollados frente a los planteamientos de los sindicatos de los países exportadores?.
Preguntas ‘poderosas’ formuladas por Isidor Boix, como se denomina en la disciplina del couching. Preguntas incordiantes, formuladas desde el compromiso y el conocimiento que las convierten en una valiosa aportación a las muchas reflexiones que tiene pendiente el movimiento sindical. Más útil incluso que algunos de esos largos informes reiterando intenciones y frases hechas sobre los retos que tiene ante sí el sindicalismo, en particular el sindicalismo internacional, en las empresas globales con centros de trabajo en diversos países, compitiendo entre sí o ante los miles de trabajadores y trabajadoras de las empresas proveedoras de países lejanos que forman parte de su cadena de producción. Retos sobre cómo implicar el sindicalismo de los países desarrollados y de la empresa matriz para organizar la solidaridad que debe garantizar el respeto de todos los derechos básicos del trabajo en toda la cadena de valor.
Preguntas incómodas pero valientes que vienen desde el propio sindicalismo, de la mano de quien lleva más de una década dedicado a trabajar en el ámbito de la acción sindical internacional. Preguntas que miran al futuro y que algún día el sindicalismo debería atreverse a responder, más allá de la conocida retórica. Preguntas que merecen respuestas, desde la humildad y el reconocimiento de los serios déficits que sufre y debe resolver el sindicalismo europeo e internacional. Siempre desde el firme convencimiento, si aspiramos a un mundo con más igualdad y justicia, de la necesidad de que el sindicalismo global sea cada día más representativo, fuerte y útil.