Hoy
hace justo cuatro años que dejaba la responsabilidad de Secretario General de
la Federación de Industria Textil Químicas y Afines de CCOO, más conocida en aquellos momentos como
FITEQA, y hoy parte de CCOO Industria. Un aniversario que me invita a
escribir este particular “Balance” de estos cuatro años con el objetivo de dar
a conocer a aquellas personas, muchas por suerte, que me preguntan con sincero
interés cuando nos encontramos, físicamente o en las redes: ¿qué tal te van las cosas, Quim? ¿cómo está aquella
metafórica pequeña barca, de un solo tripulante, que botaste al mar en aquel
Acto del V Congreso de FITEQA “20 años no son nada” celebrado el 31 de enero de 2013 en Bellas
Artes de Madrid?
Les
digo a estos amigos y amigas, siguiendo con la misma metáfora, que aquella
pequeña barca aún está a flote. Posiblemente, porque he navegado con mucha
prudencia y no me he alejado demasiado de la orilla de las costas conocidas.
También quizás, porque he dedicado verdadero celo en conservar a los viejos
amigos y amigas. Pero también he llegado a playas nuevas y desconocidas y a
islas que ni imaginaba que existían. Lugares que me han exigido interesarme por
nuevas materias, leer nuevos libros y conocer nuevas gentes, la gran mayoría
infinitamente más jóvenes en edad que yo.
Lo que creo, con toda seguridad, es que me he hecho más rico en
experiencias y emociones.
Les
digo, también, que he invertido mucho tiempo y recursos en mi formación,
asistiendo a cursos, seminarios y conferencias. Me matriculé en la Escuela de
Coach Europea lo que me ha permitido certificarme primero como Coach Ejecutivo
y, más tarde, como Coach de Equipos.
Las
horas de estudio y trabajo me han enseñado que
el lenguaje que usamos habitualmente para comunicarnos no es solo
descriptivo, sino que también es acción y generador de realidad; que saber escuchar es un arte tan difícil y
necesario como saber hablar; que
confundimos constantemente el ser con el hacer; que uno ve el mundo como es;
que la pregunta más potente que nos podemos hacer es ¿para qué ?;
que una visión de futuro sin acción es simplemente un sueño; que los
equipos pueden jugar: a no jugar, a perder, a no perder o a ganar y sólo ganan
los que apuestan por lo último o que liderar consiste en conformar el futuro.
Una
formación en Coach que además de proporcionarme nuevas competencias necesarias
para mi nueva andadura profesional, que la podríamos definir como el servicio
“de asistir a personas y equipos para que logren sus compromisos y que lo hagan
mucho más allá de lo que parecía previamente previsible”, me ha ayudado en la difícil gestión de la
transición personal de pasar de liderar una organización y trabajar con un
excelente equipo de personas, que siempre añoraré, a trabajar solo.
Reconozco
que no es nada fácil pasar de dirigir un equipo, de tener amplio
reconocimiento, relaciones públicas y disfrutar de un estatus social muy
considerable, a trabajar solo y a imaginar propuestas y servicios que ofrecer a
terceros. No es nada fácil tener que vaciar el depósito de las formas propias
de hacer y las costumbres que tenías ayer. Vaciado necesario para que puedan
caber también las nuevas expectativas, conocimientos y proyectos. Ahí creo que
está, de verdad, uno de los desafíos más determinantes a la hora de afrontar el
cambio, tanto si nos referimos a las personas como a las organizaciones: que
muchas veces es necesario realizar el arduo trabajo de desaprender unas cosas
para poder aprender otras.
Estos
cuatro años me han enseñado nuevos conceptos nuevos e incluso términos que
jamás había oído y que hoy ya me son familiares, aunque no los pronuncie en voz
alta para no hacer el ridículo por mi nulo conocimiento del inglés.
He
realizado, en unos casos solo, en otros en colaboración con otros profesionales
de diversas disciplinas o empresas, múltiples trabajos que van desde captar
nuevos proyectos de I+D+i en la mayoría de las Universidades de España para
convertirlos en futuros proyectos empresariales innovadores en nombre de
una importante Fundación, hasta trabajos de asesoramiento y consultoría
relacionados con la mejora del clima laboral, la dirección empresarial por
valores o la puesta en marcha de voluntariado corporativo y RSC.
He
colaborado en uno de los programas de la Escuela de Negocios IESE centrado en
las técnicas de negociación. En estos
cuatro años he publicado, en diversos medios de comunicación, 131 artículos y
he dado varias conferencias en diversas Universidades con títulos como “Los
Cambios en la Empresa del Siglo XXI, Las Nuevas Relaciones Laborales y el
Sindicalismo; Digitalización e Industria 4.0, Trabajo y el Sindicalismo.” http://pilarcefe.blogspot.com.es/
En
el último semestre del pasado año, junto a otras personas, hemos puesto en
marcha una iniciativa que hemos bautizado “Encuentros sobre la Digitalización
de la Economía y la Relaciones Laborales”, en la que participan un grupo de
grandes empresas españolas y sindicalistas de primer nivel de varias
Federaciones de las CCOO y UGT. Hasta hoy se han celebrado dos encuentros y
faltan dos sesiones más para presentar y
publicar sus conclusiones antes del próximo mes de mayo.
En
cooperación con una pequeña empresa estamos poniendo en marcha un equipo,
acción que me hace especial ilusión, un proyecto que aspira a acompañar, en el
tránsito y la transformación de las pequeñas y medianas empresas del sector de
la moda, hacia la digitalización e Industria 4.0. En dicho proyecto
participaremos cinco personas pertenecientes a cuatro generaciones, lo que nos
permitirá, algo tan poco habitual, como
mirar lo mismo, y al mismo tiempo, desde ángulos y experiencias muy
diversas dicho proceso.
Con
varios ex directivos, recientemente prejubilados de una gran empresa
industrial, como una iniciativa de
voluntariado social, estamos impulsando un proyecto piloto, en una ciudad del área metropolitana de
Madrid, para luego extenderlo con más voluntarios a más ciudades, dirigido a
los alumnos y alumnas de los institutos de enseñanza media para promover la
formación en creatividad, innovación y emprendimiento social.
Pero
también he realizado, solo o con otras personas, muchos proyectos, que después de su construcción y presentación
a las personas o entidades que intuí podían ser
potenciales interesados, no he sabido convertirlos en realidad a pesar
de tener el convencimiento de que eran
solventes y útiles. Ahí están, esperando su mejor momento.
Durante
estos cuatro años he sentido los aciertos y errores de mi sindicato CCOO como
propios y, cuando se me ha invitado, no he perdido ninguna ocasión que me
permitiera reencontrarme con viejos compañeros y amigos de militancia.
Han
sido cuatro años de cambios y aprendizaje que me han permitido sentir, en
muchas ocasiones, lo lejos que está una parte muy importante de la sociedad de
los sindicatos y de su función en unos momentos de cambio profundo del mundo
del trabajo en los que, precisamente, son más necesarios que nunca para la
mayoría de la sociedad.
Pero
no quiero ocultar la ayuda y apoyo que he recibido de muchos amigos y amigas
durante estos años que me han corregido escritos, me han resumido libros que yo
no era capaz de comprender; que me han hecho las presentaciones de las
conferencias o de los proyectos; que me han traducido documentos, que me han
escuchado y corregido ideas etc. etc. No he estado solo; solo no habría salido
de puerto aquel 31 de enero de 2013. Gracias de corazón.
Cuatro
años alegres, agradecido, con salud y ánimo para seguir trabajando cuatro más, seguir disfrutando del trabajo, seguir disfrutando de los amigos, de la mesa,
de la familia, los viajes y de mi nieto que tiene un año y medio, que se llama
Pau y vive en Bruselas.
Gracias
por vuestro apoyo.