Se acerca el día 8 de Marzo, Día de la
Mujer Trabajadora , y comienzan a ser
destacadas, incluso en primera plana, las noticias acerca de los
informes, estudios, reportajes, discursos y debates que tratan sobre la
discriminación y los déficits en igualdad de oportunidades que padecen amplios
colectivos de mujeres en la sociedad, en la familia y el trabajo.
Conoceremos, de nuevo y a todo color, las estadísticas y gráficos que describen
la realidad de las condiciones de trabajo y la doble carga de esfuerzo y
responsabilidades en la que viven muchas mujeres en nuestro país. Volveremos a
leer y escuchar los porcentajes de la injusta brecha salarial que padecen las
mujeres en relación a los hombres en trabajos de igual valor, en muchas
empresas y sectores económicos. Y comprobaremos, otro año más, que las mujeres
cargan cada día más con el empleo precario, ahora agravados por los efectos de
la crisis económica, como denuncian los índices de contratos a tiempo parcial
involuntario de las mujeres, debido a la falta de empleo a tiempo completo y
estable, por lo que no tiene nada que ver las comparaciones interesadas con los
países del centro y norte de Europa.
Este 8 de Marzo leeremos páginas enteras de opinión y veremos
documentales y reportajes donde se explican y denuncian las inaceptables
dificultades, a veces difusas, pero reales e implacables, que padecen muchas
mujeres para progresar profesionalmente en sus empresas, donde tienen que
soportar la maternidad como un estigma y con una clara e insalvable desventaja
a la hora de asignar responsabilidades y a la hora de acceder a la
formación, aunque la igualdad de oportunidades esté escrita en “letras de oro” en
las leyes, los convenios colectivos, o en los códigos éticos de las empresas.
Seguiremos conociendo cifras y estadísticas que nos mostrarán la clara
desproporción en el reparto de los cargos directivos y ejecutivos entre hombres
y mujeres en todos los ámbitos y niveles, algo que, además de injusto, es una
permanente rémora para la mejora de la competitividad y eficiencia de nuestra
economía y de las empresas.
Pero también vale la pena resaltar que este 8 de Marzo de 2015
nuestros sindicatos defienden con fuerza la potente campaña de movilización
mundial ¡CUENTE CON NOSOTRAS! que ha promovido la
Confederación Sindical Internacional (CSI) de la que forman parte los
sindicatos españoles. Este año 2015 podría ser muy especial para el avance de
los derechos de igualdad de las mujeres en el trabajo y en la sociedad.
¡CUENTE CON NOSOTRAS es la invitación y el ofrecimiento -pero también la
exigencia- de conquistar un mayor protagonismo de las mujeres. Es un grito que
confirma la fuerza del lenguaje como primer paso de la acción, y su enorme
poder capaz, en tan solo una frase de tres palabras, de recoger con más fuerza
el contenido que pueda dar un discurso de 100 páginas.
¡CUENTE CON NOSOTRAS! Es un grito que debería ser oído en
todos los rincones del planeta, una reclamación a todas las estructuras de
poder, y al conjunto de la sociedad. Un grito que debería oírse en todos los
centros de trabajo, ofreciendo la participación y el compromiso -pero también
exigiendo protagonismo- de las mujeres sindicalistas de todo el mundo, dirigido
los a gobiernos, a los responsables políticos, a los medios de comunicación, a
los empresarios, y dirigido también a sus propias organizaciones. Una
reclamación del cambio cultural que empuje a superar esas arraigadas convenciones
sociales y creencias y cambiar esos patrones de pensamiento, pero también esos
intereses económicos que generan y se sirven del mantenimiento de las
desigualdades. Este año nos vuelve a recordar que este 8 Marzo debería impulsar
el compromiso de todas las personas, mujeres y hombres en las empresas, para
afrontar el reto de atender, remover y mejorar las relaciones laborales, la
acción sindical y la negociación colectiva, para superar los conocidos
obstáculos laborales, sociales, convencionales y familiares que impiden en
tantas ocasiones ir mucho más allá de las buenas palabras y las buenas
intenciones cuando se habla de igualdad de oportunidades y de derechos en el
trabajo.
Este 8 de marzo podría ser especial si las organizaciones y
las personas responsables de esta valiente e inteligente campaña promovida por
el sindicalismo internacional asumen en serio que se trata de algo más que unas
páginas de internet en decenas de idiomas o en miles carteles. Y podría
ser especial, si ese grito es traducido en acción, iniciativas y propuestas que
de verdad hagan avanzar la igualdad real de derechos.