“El mundo cambia a cada momento sin esperarnos, y por eso debemos repensar
nuestro modo de vivir cada día”, Kristina Persson,
Ministra del Futuro del Gobierno de Suecia.
El futuro y el largo plazo son conceptos con los que tenemos grandes
dificultades para relacionarnos, pues centrados en el corto plazo, en la actual
legislatura, en nuestra generación, en la proximidad territorial, en el
beneficio rápido frente la inversión, en la reducción de costes y los
resultados inmediatos frente a la responsabilidad social y la implicación de
los trabajadores en el futuro de la empresa, practicamos, como lo ha definido
el filósofo Daniel Innerarity “un imperialismo que ya no es espacial,
sino temporal, del tiempo presente que lo coloniza todo”. Las
propuestas y la gestión política solo responden a un presente que hace que el
futuro quede desatendido, donde nadie se ocupa de él, pues no es objeto de
preocupación ni atención política, tampoco de movilización social.
Posiblemente para corregir este déficit, el gobierno sueco, presidido por
el socialdemócrata Stefan Löfven, creó en febrero de 2015 el Ministerio del Futuro. Su objetivo fue traer
el largo plazo a la gestión política de hoy incorporando el futuro en la
gestión de cada ministerio, dirigido por Kristina Persson, una mujer de 70 años con una larga y solvente experiencia profesional,
hasta que concluyó la misión de anticipar el futuro para la sociedad sueca. en
abril del año 2016, que resumió con la afirmación: "El trabajo ha
sido el cemento del estado de bienestar sueco. Si el mercado de trabajo no
funciona, Suecia no funcionará”.
Reconciliar competitividad y generación de empleo, trabajar para conseguir
un desarrollo inclusivo y sostenible han sido las bases del proyecto del
Ministerio del Futuro, desarrollado desde tres ejes estratégicos: el
primero tiene que ver con “el futuro del trabajo”, el segundo con “la
transición verde y la competitividad” y el tercero con "la
cooperación global”. Ha contado con una amplia participación social articulada
en torno a múltiples comisiones de estudio, plataformas de reflexión y
discusión y grupos de investigación con todos los agentes económicos sociales,
profesionales y académicos; sindicatos, patronales, asociaciones
profesionales, universidades, ONGs etc, y con el objetivo común de analizar y
describir los desafíos y las oportunidades, de proponer prioridades políticas
para mantener los niveles de bienestar del país en el medio y largo plazo.
Un ministerio para identificar las nuevas tendencias y los puntos críticos,
para estudiar y comprender los cambios que se avecinan, y situar el futuro en
un lugar privilegiado en la agenda de las preocupaciones, los compromisos
políticos y las urgencias sociales. Porque sería bueno que las medidas
inmediatas y las reformas de hoy estén pensadas con
la responsabilidad del largo plazo, pues de ello dependerá el mantenimiento y
mejora de los servicios públicos esenciales, la demografía, la inmigración, el
medio ambiente, el sistema de pensiones, la educación y la formación. Y de cómo
se resolverán las inquietantes preguntas sobre el futuro del trabajo. Cómo y
cuánto las nuevas tecnologías, la automatización, la digitalización y la
continua transformación de la empresa afectarán en las condiciones el empleo y
el futuro del mercado de trabajo.
No se trata de predecir el mañana, pues si siempre ha sido más que difícil,
hoy lo sería todavía más. Se trata de incluir el futuro y sus incertidumbres en
el horizonte del pensamiento y la acción de hoy. Para ello sería bueno mirar y
aprender, en este caso del gobierno de Suecia, de su Ministerio del Futuro, de
una iniciativa que expresa un compromiso político que nos debería ayudar
a salir del corto plazo en el que vive la gestión política de nuestro país y
que esconde altas dosis de egoísmo, mediocridad y, sobre todo, una evidente
falta de proyecto colectivo. Y si no, solo tenemos que repasar, cada día,
las portadas y los titulares de nuestros medios de comunicación para comprobar
lo lejos que estamos de estar viviendo un serio debate social y político sobre
el futuro de las nuevas generaciones y nuestro país. Que hace, que mientras
nosotros estamos con nuestras cosas, otras sociedades nos esperen
andando y preparándose para el futuro que ya está aquí.