Sergio
Cofferati, Joaquim González Montadas, José Luis López
Bulla y Gaetano Sateriale
Los firmantes de este Llamamiento expresan, en
primer lugar, su plena solidaridad con los que, a causa de Covid19, sufren los
efectos de la pandemia, a quien ha perdido su propio trabajo y a quienes han
puesto sus conocimientos, competencias y su tiempo al servicio de los demás. La
crisis que estamos viviendo requiere respuestas adecuadas por parte de la política
y de las instituciones nacionales y europeas.
Frente a los soberanismos y regionalismos que,
en los últimos
años, han imaginado y difundido la idea de que
se podía tirar adelante sin el euro, sin la Unión Europea y, en cualquier caso,
sin Estados nacionales, la izquierda ha permanecido demasiado en silencio
arriesgándose a ser condescendiente con la idea de que
la clausura de «cada
uno a lo suyo» podía ser una vía para un nuevo bienestar de las poblaciones. Y sin decir, como hubiera sido conveniente, qué reformas eran necesarias en los Estados y en la Unión Europea para
sobrevivir en un nuevo sistema federal o confederal.
Cuando la gestión de la crisis económica de
2008 la UE adoptó políticas insolidarias haciendo de los vínculos del
Presupuesto de los respectivos Estados la única variable para decidir las políticas económicas que debían adoptarse. Sin respetar los vínculos
del Presupuesto no se podían hacer inversiones públicas para el
crecimiento, era lo contrario de una normal política económica expansiva. Fuera de esta regla (que destruyó la economía y el welfare
griego) sólo se podía conceder flexibilidad a tiempo parcial. De ello se
beneficiaron, a menudo, más los países fuertes que los que estaban en
dificultades.
Con la crisis sanitaria, social y económica que
estamos viviendo a causa del Covid19, las dificultades de la EU para dotarse de
nuevas políticas
homogéneas y unitarias se han hecho todavía más macroscópicas. Dando la sensación (o la certeza) de
que algunos países de la UE piensen, una vez superada la crisis, poder volver a
aplicar las reglas y el modelo de desarrollo de siempre sin reforzar las políticas
fiscales comunes y dotarse de un nuevo “Plan Marshall” que garantice desarrollo y
ocupación en los países más
golpeados. La
idea, afirmando nuevamente, que es posible «el europeismo en un solo país».
Frente este auténtico riesgo de disolución de la idea de Europa (independientemente de
los tratados, que se van reescribiendo completamente para transferir
importantes competencias de los Estados a la UE), la izquierda política está
silente y muy débil, y
donde cada partido o coalición prefiere dialogar con sus propios
gobiernos nacionales y no buscar una propuesta común. Lo mismo se puede decir,
desgraciadamente, del Sindicato europeo, que tiene la desventaja de no estar
presente en ningún lugar institucional y que aparece, por tanto, callado o
incluso inexistente. En cambio, sería necesario y urgente que los
sindicatos nacionales definieran una plataforma común para medirse con las
instituciones europeas y construir un necesario New Deal.
¿Cuáles podrían ser las líneas estratégicas de esta nueva política económica y social? En nuestra opinión debería ser la Agenda para el
desarrollo sostenible 2030 de la ONU. Entendida en toda su globalidad, a partir
de las políticas de sostenibiliad ambiental, pero sin limitarse a aquellas.
Basta ojear la plataforma ONU (firmada por todos los Estados europeos) para
darse cuenta que la ventaja de sus contenidos es muy amplia, pues van de las
cuestiones ambientales a las sociales y económicas. Poniendo en primer lugar la lucha contra la pobreza y las
desigualdades sociales. Y en todo ello, tras la crisis sanitaria, es necesario
introducir el tema del welfare. El welfare universal ha sido, por lo
menos desde la segunda mitad del siglo pasado, una característica peculiar del
modelo social europeo e, incluso, un factor de ciudadanía y de identidad
cultural. No hay duda que frente a las pandemias este modelo social deba ser
mejorado y reforzado para una mayor eficacia y homogénea extensión territorial.
Cambiar las políticas y las estretegias de
desarrollo es la condición necesaria para crear nuevos trabajos frente a los
procesos de trasformación de las necesidades y de los mercados que ya no
soportan la simple repetición de los modelos de
consumo que hsta ahora hemos conocido.
Este es un llamamiento para que las fuerzas
sindicales nacionales y europeas inicien la tarea de preparar su futuro y el nuestro.