miércoles, 29 de abril de 2020

VIVA EL PRIMERO DE MAYO Y LA MILITANCIA SINDICAL


Quim González Muntadas



Es en la militancia sindical donde un trabajador se puede realizar mejor como persona”.
Julián Ariza Rico, histórico dirigente de CCOO.


Cada año el 1º de Mayo miles de veteranos sindicalistas nos encontramos en las calles de nuestros pueblos y ciudades, participando con nuevos compañeros y amigos en los actos de esta jornada histórica del movimiento obrero, particularmente en la obligada manifestación de ese día. Nos abrazamos y, en un repetido ritual, nos preguntamos por la salud, por los nietos, por el trabajo de los hijos y las hijas, y por compañeros comunes que este año no hemos visto en la manifestación. Cada uno y cada una formulamos nuestro editorial sobre la coyuntura política y social del país y del mundo. Recordamos con orgullo luchas comunes y olvidamos viejas diferencias y duros enfrentamientos que a veces tuvimos y que, por suerte, hoy ya no se dan en las organizaciones sindicales, al menos con aquellos niveles de dureza. Quedamos, con el mismo grupo de cada año, a tomar unas cervezas y pinchos cuando se acabe la manifestación, en el mismo bar o tasca de cada año. Y también, como cada año, hacemos el balance del éxito o fracaso de la manifestación: “más gente que el año pasado”, “siempre somos los mismos, ¡joder!”, “dónde están los miles de parados”, “habéis visto: hay más calvos y canas que melenas de la juventud”, “tendríamos que hacer la mani en la playa o en el campo, porque dicen están llenos de gente” …….

Pero sobre todo, en la conversación entre veteranos sindicalistas, está el reconocimiento y la conciencia de lo mucho que ha cambiado el mundo del trabajo. Antes, no hace tantos años, el choque de ideas era frontal, las reglas eran pocas y bien definidas, y ser sindicalista era una elección fuerte con perfiles claros. Una decisión dura y difícil porque transformó nuestras vidas y las de nuestras familias, pero con un reconocimiento social que en los últimos años se ha debilitado como consecuencia de las viscerales campañas de aquellos  sectores que ven al sindicalismo un riesgo para sus  políticas y privilegios.

Los veteranos sabemos que la actividad sindical del reciente pasado era menos compleja que la actual. Representábamos condiciones de trabajo más homogéneas. Porque, para casi todas o para la gran mayoría de las personas que trabajaban en nuestras empresas, las condiciones de trabajo eran las mismas o muy parecidas. Los empleos estaban físicamente presentes en un lugar definido, con horarios de entrada y salida regulares, con salarios similares. Con producciones, categorías y servicios profesionales estandarizados. Lo que hemos conocido como el sindicalismo en la era taylorista-fordista.

Hoy la tarea del representante sindical sigue siendo igual de exigente que hace décadas. Seguramente un poco más compleja y por ello más difícil de confiarla sólo a la espontaneidad o la experiencia pasada. Hoy el sindicalismo está obligado a representar una mayor diversidad, en la que conviven, ciertamente,  intereses comunes, pero en muchas ocasiones también contradictorios en un mismo centro de trabajo,  como lo pueden ser los que resultan de  los diferentes tipos de trabajo:  el trabajo fijo, el temporal, a tiempo parcial, becarios o en formación, en teletrabajo, falsos autónomos, la subcontratación y la externalización de parte del proceso productivo.  Mayores diversidades que ayer y que van más allá de la propia naturaleza del contrato, como son la cualificación profesional,  la edad, el género e incluso, en algunas empresas, la religión. Y junto a ello los nuevos retos del cambio tecnológico, la digitalización y especialmente las consecuencias, aún desconocidas, de la actual crisis sanitaria en el mundo del trabajo y la sociedad.

Este 1ª de Mayo los veteranos sindicalistas de CCOO y UGT no podremos abrazarnos en las calles y plazas para recordar nuestra dura, pero sin duda útil y muy gratificante, militancia sindical y política. Será un 1º de Mayo muy especial que deberíamos aprovechar para mandar nuestro reconocimiento y apoyo al trabajo de las nuevas generaciones de sindicalistas. Y sobre todo para hacer un llamamiento a las y los jóvenes trabajadores para la afiliación y la militancia sindical a las que deben aportar su sentido de justicia, de solidaridad, su coraje, su espíritu de lucha y de servicio. De ello dependerá, y mucho, su futuro. y el del conjunto de la sociedad.

¡ Viva el 1º de Mayo y la militancia sindical !