Joaquim González Muntadas |
Vivimos tiempos preocupantes en los que a diario sufrimos
iniciativas políticas y legislativas que golpean los derechos laborales,
sociales y sindicales; tiempos de reformas laborales que refuerzan el
autoritarismo empresarial y debilitan a las organizaciones sindicales como
instrumentos democráticos de representación colectiva de los trabajadores y
trabajadoras; tiempos en los que los sectores más reaccionarios confunden sus
deseos con la realidad y afirman la superación de las organizaciones
sindicales; tiempos donde poderosos sectores económicos y políticos no regatean
esfuerzos para debilitar la negociación colectiva como fuente de regulación en
las relaciones laborales en las empresas y sectores.
Pero
también vivimos tiempos de esperanza: la iniciativa sindical internacional está
a punto de culminar en Copenhague los próximos días 19 y 20 de junio el proceso
de construcción de la nueva Federación Sindical de Industria Mundial
(“IndustriALL Global Union”) que será el resultado de sumar y unir a los sectores
industriales que hoy organizan las actuales Federaciones Sindicales
Internacionales del Metal, la Industria Química y Energía y los sectores del
Textil y Piel. Una nueva Federación Internacional de Industria que nace con el
objetivo de reforzar la acción sindical global, y con ello mejorar y equilibrar
la interlocución del sindicalismo con las grandes empresas y grupos
industriales multinacionales en la economía global.
Tiempos donde cobra especial relevancia todo avance de la
negociación colectiva que refuerce al sindicato como vehículo democrático de
representación de los intereses de los trabajadores en todos los rincones del
mundo. A ese objetivo responde el acuerdo firmado el 4 de
mayo en Arteixo en el Grupo INDITEX y la Federación Sindical Internacional del
Textil-Vestuario y Cuero (ITGLWF) y
en el que FITEQA-CCOO hemos sido un activo motor. Un acuerdo que reafirma y
refuerza el sindicalismo internacional y local aportando un nuevo instrumento
de trabajo, dirigido a garantizar los derechos del trabajo en los
aproximadamente 1.500 proveedores que trabajan en la producción de prendas
comercializadas por esta multinacional gallega, convertida ya en la primera empresa
distribuidora de ropa en el mundo, y que ocupan a unos 700.000 trabajadores de
unos 30 países.
El valor del Acuerdo Marco
Internacional suscrito
en 2007 entre la
Federación Sindical Internacional e Inditex, reforzado por el
Protocolo firmado el pasado 4 de Mayo, no solamente fue el primero, y aún el
único, en los sectores de la industria de la moda, sino también el primero en
el conjunto de los Acuerdos Marcos entre empresas y sindicatos firmados hasta
hoy, en el que se incorpora explícitamente toda su cadena de producción
(proveedores, contratas y subcontratas) al espacio en el que se aplican los
compromisos de Responsabilidad Social.
Con el
protocolo ahora firmado con Inditex, no solo se afirma la plena aplicación de
los derechos del trabajo en toda la cadena de producción sino - y esto es lo
más importante- se concreta cómo hacerlo: se establece el seguimiento anual de
la evolución de la cadena industrial y se asegura el acceso sindical a los
centros de trabajo de cualquier país del mundo, se concreta el acceso a los
programas de auditorías, se define cómo abordar y corregir los incumplimientos
detectados, y se programan planes de formación en relación con los derechos del
trabajo, dirigidos a trabajadores y sindicalistas, pero también a los
directivos de las empresas.
Y esos
derechos de intervención se establecen para toda la estructura sindical de la
propia cadena de producción, es decir desde los sindicatos locales de cada país
hasta las estructuras regionales de la Federación Sindical
Mundial y la propia dirección de ésta, que es quien asume además la
responsabilidad de dirección y coordinación de todo el proceso. Todo ello
supone una nueva y muy rica aportación sindical desde los sectores del
textil-confección a la nueva Federación Sindical Mundial de la Industria.
Es una
buena noticia -y también un serio reto- para la futura Federación Internacional
de Industria y también para cada uno de los sindicatos de la treintena de
países a los que la aplicación y desarrollo de este Acuerdo Marco aporta un
valioso instrumento de información y control de las condiciones de trabajo en
los más de 1500 proveedores , y garantía para defender y proteger los Derechos
Humanos y Laborales Fundamentales de los cientos de miles de personas que en
ellos trabajan.
Un nuevo
paso que ejemplifica cómo CC.OO. entendemos en la práctica la acción sindical
internacional y, con ello, la efectiva solidaridad internacionalista desde la
acción sindical diaria, que es lo que da sentido al noble y necesario
compromiso que los trabajadores y trabajadoras de todo el mundo adquirimos en
la militancia sindical por los derechos del trabajo.