Los millennials somos creativos y buscamos nuevos caminos porque no tenemos
lugar alguno en lo ya establecido, porque el presente nos obvia o no nos paga. (Anna Castro Barquero. Barcelona. Cartas al Director El Pais 11 de mayo 2016)
Cuando en nuestro país se habla de “millennials” o “de generación Y”, lo
habitual es hacerlo sobre una juventud atrapada en la economía irregular,
empleos de bajos salarios, falsos becarios y en prácticas, jóvenes trabajadores
viviendo en una competencia feroz. Por eso es una buena noticia que la empresa
SEAT haya puesto en marcha una interesante iniciativa bajo el nombre "El
futuro del trabajo en SEAT” dirigida a sus empleados menores de 30 años, al
colectivo de ‘millennials’, cuyo objetivo es promover una “escucha activa”,
como lo ha definido el vicepresidente de Recursos Humanos de esta empresa,Xavier Ros, para conocer qué dice y piensa sobre el futuro y las nuevas formas de
trabajar este colectivo, que hoy representa el 24% de su plantilla.
Promover la participación y conocer la opinión de los ‘millennials’ debería
ser una necesidad para toda empresa y organización que piense afrontar el
futuro con éxito. Intentar, saber sus ideas sobre: cultura y liderazgo,
desarrollo y aprendizaje, compensación, salarios y rendimiento, es una
necesidad para toda empresa que quiera adaptar sus relaciones laborales a los
tiempos y a la nueva organización del trabajo que incorporará la transformación
digital. Además de una buena idea que reconoce que la innovación es una fuerza
potencial que está dentro de las empresas, entre las personas que trabajan en
su interior. Es una experiencia que debería interesar a otras muchas empresas y
organizaciones y una necesidad para no cometer graves errores en la gestión de
las personas.
Porque hablar del futuro de la economía, la digitalización y la Industria
4.0 sólo desde los foros y seminarios especializados o en los ámbitos
académicos o institucionales, dejando fuera la creatividad de los trabajadores
y trabajadoras, especialmente, en este caso, de los jóvenes, será una política
incompleta. Diseñar los cambios, como están haciendo tantas empresas, sin
facilitar, ni promover la participación en todos los colectivos que la forman
despreciando conocer cómo están viviendo los cambios y cómo intuyen el futuro
los jóvenes, y los no tan jóvenes, trabajadores, también desde la
imprescindible participación de los sindicatos, será un grave error que no
suelen cometer las mejores empresas.
Como tampoco suelen cometer, las mejores empresas, el error --que esperemos
que SEAT no lo haya hecho-- de dirigirlo sólo al colectivo de indirectos,
dejando fuera a quienes están en producción. Porque es repetir y seguir
manteniendo, en las puertas de la 4ª Revolución Industrial, aquella vieja
división jerárquica del trabajo taylorista, que es necesario superar,
entre inteligencia y fuerza. O sea, que unos trabajadores piensan y otros sólo
ejecutan, porque esto es pasado. Ya que los cambios que se anuncian de
transformación, digitalización, acceso y uso de las tecnologías colaborativas
en el trabajo y la conectividad casi permanente, la necesidad la mayor
flexibilidad o la disminución de las jerarquías en la organización del trabajo,
se darán en todos y cada uno de los niveles, secciones, estatus y departamentos
de las empresas.
Es bueno saber qué piensan y sienten de verdad estos jóvenes que crecieron
en una era de rápido desarrollo de las nuevas tecnologías, que casi no
recuerdan cómo era el mundo sin Internet, activos en las redes sociales online,
sobre las formas de trabajar, la responsabilidad, la autonomía y la
flexibilidad, el trabajo colaborativo, la formación continua y digital, etc..
Qué piensan y demandan, más allá de los estereotipos que los han definido como
individualistas, idealistas, impacientes, faltos madurez y poco amantes del
esfuerzo.
Porque comprobaremos cómo se contradicen esos estereotipos cuando se
responde desde un empleo estable, afiliado a un sindicato fuerte, como los
implantados en SEAT. Cuando intuyen en el horizonte un futuro abierto, con
motivaciones para su formación continua y progresión profesional y unas
condiciones de trabajo y salariales dignas, etc. En estos casos, sus exigencias
y lo que esperan de una empresa a la hora de otorgarle su compromiso e
implicarse en el trabajo, es muy probable que no sea tan diferentes a la
generación de sus padres.
La iniciativa "El
futuro del trabajo en SEAT” podría ser una buena oportunidad para las
organizaciones sindicales en esta empresa. Para conocer y explorar, ellos
también, como ven estos jóvenes a los sindicatos y su papel de representación
colectiva. Cuáles son sus prioridades y demandas, qué les exigen y
qué esperan aportar ellos “al futuro de los sindicatos en SEAT”. Porque
deberían saber que, de igual forma, esta empresa es hoy lo que es también
por sus sindicatos, así seguirá siendo en el futuro.