Abrimos
una nueva legislatura que debería ser determinante para corregir políticas y
afrontar en serio las reformas que tenemos pendientes, pero seguimos, parece
que por mucho tiempo, en un clima político preñado de desconfianzas y en una
batalla permanente de todos contra todos, lo que añade serias dificultades para
acometerlas con un mínimo de éxito. Seguimos con la demostrada incapacidad de
los protagonistas políticos e instituciones para escucharse, dialogar y sumar
compromisos y voluntades necesarias para afrontar los desafíos que
reclaman respuestas en la actual situación y en tantos campos.
En
contraste con este ambiente general de falta de diálogo, el próximo día 28 de
noviembre, en la sede del Consejo Económico y Social, tendremos un buen ejemplo
del valor de la suma de voluntades y el acuerdo entre diversos, con la firma de
la ‘Declaración de los Agentes Sociales por la Industria’ por parte de
siete organizaciones empresariales que representan a los sectores industriales
de la química, automoción,cemento, papel, petróleo, alimentación y la
siderurgia (FEIQUE,ANFAC, AFICEMEN, ASPAPEL, AOP, FIAB,, UNEDIS)y las
Federaciones Sindicales del ámbito industrial de CCOO y UGT.
Esta
iniciativa exige cambios, reformas y acción política en los campos de energía,
infraestructura y transporte, formación, empleo, I+D+i, internacionalización,
unidad de mercado nacional y europeo en materia de regulación en el ámbito
industrial y ambiental, financiación, sostenibilidad, etc. Políticas, en
definitiva, que potencien la industria, que es la condición indispensable para
generar crecimiento económico y empleo de calidad necesario para mantener y
ampliar nuestro Estado del Bienestar.
Nada
nuevo, si se quiere, porque la mayoría de estas demandas son propuestas y
exigencias que se vienen repitiendo por todas las fuerzas políticas, económicas
y sociales; las vienen reiterando los medios de comunicacióny los profesionales
en la materia. No hay un solo discurso, debate o exposición que haga referencia
a las urgentes necesidades como país que no nos recuerde la necesidad de
potenciar la industria y reclamar el repetido y necesario cambio de modelo
productivo. Y ahora, más recientemente, ante la acelerada transformación
tecnológica, no añada también la demanda de iniciativas, recursos y atención
política para acompañar e impulsar la digitalización y la Industria 4.0 en
nuestra economía y empresas.
Por
ahora, solo llegamos a repetir eslóganes, pues la cruda realidad es que se
reduce la inversión en I+D+i; se cierran centros tecnológicos; se sigue
deteriorando el mercado de trabajo, avanzamos poco, por no decir
prácticamente nada, en la formación profesional; y seguimos a cuestas con la
siempre pendiente reforma educativa, que debe ser la base de cualquier
transformación y cambio productivo. De igual forma que seguimos, profundizando
cada día más, en una total y absoluta falta de coordinación de recursos,
objetivos y estrategias entre el Gobierno Central y las Comunidades Autónomas,
y éstas entre sí, a la hora de dirigir los recursos y afrontar sus políticas
industriales o sus particulares iniciativas en torno a la Agenda Digital.
Por
esto, el principal valor de la Declaración de los Agentes Sociales
que se firmará el próximo 28 de noviembre -y esperemos no se convierta en un
papel mojado más-, por los representantes de empresas y trabajadores de los más
importantes sectores industriales, es la acertada reclamación de un Pacto de Estado por la Industria que promueva la suma de esfuerzos y
voluntades para convertir la apuesta por la industria en el centro de las
preocupaciones de la acción política en nuestro país. Que construya los
necesarios compromisos a largo plazo entre las administraciones públicas:
central, autonómicas y locales; los partidos políticos, agentes económicos,
sociales, la comunidad del conocimiento, en definitiva, del conjunto de la
sociedad.
Un Pacto de Estado que responda a los nuevos retos que
nos exige la acelerada transformación tecnológica y digital de la industria, la
economía y la sociedad. Que sitúe la mejora competitiva de la industria y la
creación de empleo de calidad en una de nuestras principales prioridades,
también en los ámbitos que les son propios a las organizaciones firmantes como es
la negociación colectiva. Que convierta esta nueva legislatura que empieza, en
la Legislatura de la
Industria. Y para ello,
debemos pasar, sin más dilación, de las palabras a los hechos, antes que se nos
vuelva a escapar, una vez más, el tren del futuro.