miércoles, 5 de junio de 2013

CC.OO. Y VILLAR MIR, LOS DERECHOS SINDICALES NO SON DONACIONES

¡Que difícil es hacerse entender cuando el ambiente está tan viciado!

Seguramente esto es lo que  que estará pensando el Secretario General de FITEQA de CCOO al leer y oír la interpretación que han hecho algunos medios de comunicación y los correspondientes  comentarios en las redes sociales sobre la  carta que le ha dirigido al Sr. D Villar Mir donde, sin complejo alguno y con la razón por delante, este sindicalista le desmiente que su  Federación Sindical haya recibido donación alguna y en cambio en la misma le confirma, con el  orgullo del trabajo bien hecho, porque es verdad,  que firmó con la empresa Fertiberia,  hace ya bastantes  años  un Acuerdo de Derechos Sindicales que contempla los medios y recursos  de cada sindicato para garantizar la correcta función de representantes de los trabajadores y trabajadoras de esa empresa.

Una empresa que ha vivido una reconversión industrial muy dura y permanente, con fuertes luchas y movilizaciones, como otras muchas,  pero eso sí, donde no ha sido necesario esconder las siglas de cada sindicato y delegar en los comités de empresa para garantizar la unidad de los trabajadores. No ha sido preciso diluir a los sindicatos en coordinadoras, plataformas o sucedáneos, porque el papel de los sindicatos ha sido durante más de 30 años el eje de las relaciones laborales de esta empresa, del conjunto del Sector de Fertilizantes español, y un ejemplo del sindicalismo de clase Confederal.

Como resultado de la negociación colectiva, en Fertiberia hay un Acuerdo Sindical de carácter convencional, de donde nacen los recursos y los derechos sindicales para la correcta función de los representantes sindicales de la empresa. En Fertiberia hay sindicatos organizados y con recursos para financiar, en una empresa con múltiples centros de trabajo  las reuniones, las asambleas, los desplazamientos de las personas de los diferentes centros, la formación, la negociación del convenio, las comisiones de seguimiento de las comisiones industriales, los plenarios de delegados o los congresos, que son gestionados por cada sindicato y no porque la empresa autorice o no las actividades en función de su financiación, como sucede en no pocas empresas, donde a veces solo se financia a los comités.

Una empresa que ha vivido una fuerte reconversión, como todo el sector de fertilizantes español, europeo y mundial, donde la madurez y la inteligencia de los trabajadores y sus representantes sindicales, y de la empresa, han permitido que hoy Fertiberia sea una realidad industrial  robusta,  con empleo estable y  de calidad, una empresa que exporta y a la vez se ha internacionalizado. Una realidad que desmintió hace ya 15 años aquellas voces mayoritarias que querían enterrar el sector de fertilizantes en España por ser una industria que decían madura,  obsoleta y no competitiva.

Estamos tan mal, tan mal que -incluso a veces desde sectores progresistas y de izquierdas- se llega a confundir, en esta vorágine de desaliento y desmoralización social,  derechos sindicales legítimos y conquistados, con prebendas y donaciones o incluso corrupción.

Precisamente cuando todavía faltan conquistar muchos recursos sindicales en las empresas privadas españolas, conquistar muchos derechos de información, de participación, de formación sindical, porque es el derecho y la obligación del sindicalismo confederal luchar por ellos y ejercerlos con transparencia y honradez, como así se hace en los cientos de empresas de todos los sectores en nuestro país.

Por  esto es tan necesario defender la legitimidad de los derechos sindicales y evitar que estos se confundan con dádivas o prebendas. Por esto es tan peligroso para la democracia y los interés de los trabajadores y trabajadoras que venza la calumnia y la desinformación de los sectores interesados en ensuciar y degradar los derechos sindicales e impedir las relaciones laborales sindicalizadas y maduras en las empresas españolas para las que la fuerza sindical organizada es imprescindible.