jueves, 21 de febrero de 2013

LA REFORMA LABORAL Y EL RATÓN EN EL ZAPATO





A lo largo de estas semanas y coincidiendo con el aniversario de la Reforma Laboral, se han publicado un gran número de artículos, balances y opiniones a favor de la Ley y, otras, la gran mayoría, en contra, expresando la experiencia negativa del año de su vigencia. Sin exageraciones, este negativo balance ha permitido evaluar sus efectos de cambio profundo en las relaciones laborales de nuestro país. Mientras tanto, otros, sin negar los efectos negativos que expresan las cifras de empleo destruido en su primer año de vigencia, apelan a actos de fe desde el argumento de que los beneficios van a llegar muy pronto.

Pero tan grave como las consecuencias que está provocando la letra de esta ley, es su música, que sigue insistiendo en el error del diagnóstico de nuestros males y, lo que es peor, reiterando el error en los remedios.

Otro riesgo, igual de grave para los trabajadores y trabajadoras es que, después de reiterar una y otra vez la agresión cierta que ha representado la Reforma Laboral, acabe prendiendo la desmoralización sindical y, con ello, cunda la idea de que no hay nada que hacer en la negociación colectiva, ni en la acción sindical en las empresas. Un grave error que la realidad nos desmiente día a día con multitud de ejemplos: Nissan, Bankia, Convenio General de la Industria Química,  etc.

Un riesgo a evitar es el que podrían acabar provocando muchos de los trabajos publicados por los propios sindicatos y su entorno, cuyas expresiones y argumentos, ciertos y con la mejor intención, aunque gruesos, puedan llevar a entender que ya no hay capacidad de respuesta de los trabajadores y trabajadoras ni de sus sindicatos. El riesgo está en que se instale el erróneo convencimiento de que se ha destruido la negociación colectiva en las empresas y los sectores como consecuencia de la crisis, el miedo y la Reforma Laboral.

Es urgente un gran esfuerzo para explicar e informar a la sociedad de las muchas experiencias que desmienten la percepción del  "no hay nada que hacer", porque, de no remediarlo, podría acabar extendiéndose en el pensamiento de la mayoría de trabajadores y trabajadoras y en la acción de los  representantes sindicales, como le ocurrió al ratón de la conocida fábula del "Ratón en el zapato" y que nos cuenta que: “había una vez un ratón muy, pero que muy, inteligente, que se introdujo sin darse cuenta dentro de un zapato y, una vez dentro, creyó que se había metido en una ratonera. Como era muy inteligente y sabía mejor que nadie que no se podía escapar de una ratonera se quedó dentro y murió”.

Valga la metáfora del inteligente ratón que muere dentro del zapato para resaltar la necesidad de que, más allá de los cientos de opiniones, trabajos y estudios críticos sobre el contenido de la reforma, más allá de la grave crisis económica que estamos padeciendo en la mayoría de las empresas, y más allá de las muchas y evidentes dificultades para la militancia sindical, hay que afirmar que la acción sindical diaria y la unidad sindical están respondiendo con éxito en muchos casos.

Así que quizás sea el momento, de iniciar una seria ofensiva desde todos los frentes: sindicatos, laboralistas, profesores del derecho, inspectores de trabajo, magistrados, etc. Un frente compuesto por quienes hemos criticado la Reforma Laboral, y nos hemos movilizado frente a la misma, que lleve a encontrar, explicar, publicitar y analizar los cientos ejemplos, experiencias, resultados y sentencias, que también las hay muchas y muy importantes, para hacer entender al conjunto de los trabajadores y trabajadoras que estamos dentro de un zapato y no, aunque muchos lo quisieran, en una ratonera sin salida. Porque no se ha destruido la negociación colectiva, ni la acción sindical en las empresas y los sectores. Es el momento de demostrarlo, de comprobarlo y también de explicarlo. 

Vencerá la razón y, con ella, la Reforma Laboral se modificará, se “desmontará” como han exigido hace unos días Toxo y Méndez, que nadie lo dude. Pero mientras, es preciso pelear con los buenos ejemplos que lo hay a cientos. Digamos que mientras se imaginan unas alas más grandes, ahora toca moverlas y moverlas con fuerza para volar mientras se siguen imaginando y conquistando.

viernes, 8 de febrero de 2013

EXIJAMOS A LAS EMPRESAS COMPROMISOS CON EL EMPLEO




Si por marketing se entiende el proceso de comprender los deseos y las necesidades del consumidor y la estrategia para crear la relación con éste, las intensas campañas de publicidad en los diversos medios de comunicación de un número importante de empresas, en las que el mensaje a trasladar es su nuevo y fuerte compromiso con el empleo y el hecho de que en estos momentos estén coincidiendo todas a la vez y con la misma idea fuerza, demuestra que no responde a la casualidad.

La prueba de esta afirmación es muy fácil: vayan a la portada de este medio, Economía Digitalhttp://www.economiadigital.es/, repasen el contenido de la publicidad y comprobarán que la mayoría de sus anuncios coinciden en informar sobre sus esfuerzos con la financiación y promoción de proyectos y planes dirigidos al empleo: “becas o prácticas para universitarios”, “plan de formación y empleo”, “fondo de emprendedores”, “lanzadera o plataformas de nuevos proyectos de emprendedores”, “viveros o incubadoras de apoyo a la innovación”, "aceleradoras de TIC"...



Iniciativas que son una buena noticia si expresan que los gestores de algunas de nuestras más importantes empresas han percibido que para la sociedad española el problema más importante es el desempleo y entendido que sus clientes reclaman más compromiso empresarial tanto con el empleo como con las necesidades formativas, con la innovación, con la creación de empresas, con el empleo juvenil... Y que algunas empresas han asumido que hoy, en este país, es muy difícil hablar de responsabilidad social sin adquirir un compromiso que aporte nuevas iniciativas y soluciones para afrontar nuestro principal problema, el desempleo y, muy especialmente, el desempleo juvenil.

Parece que algo se está moviendo en la buena dirección si observamos las nuevas iniciativas surgidas en algunas de nuestras grandes empresas y los proyectos para comprometerse con nuevos planes y proyectos dirigidos al empleo juvenil, a la formación profesional, al impulso de apoyo a la creación de pequeñas empresas o al apoyo y soportes de la innovación.

Como siempre, deberemos esperar al balance final de todas ellas para comprobar si son iniciativas que se han quedado en una moda vacía de contenido, es decir, sólo en la publicidad o en el uso de una imagen oportunista, lo cual sería imperdonable y la sociedad y sus clientes debería castigarlas o, si por el contrario, como debería ser, son la expresión de que han entendido, como lo hicieron hace muchos años en otros países, el imprescindible papel que pueden jugar como motores económicos y sociales en campos tan necesitados de apoyo como la educación, la formación, la innovación, el empleo y, sobre todo, su función de papel de arrastre para cientos o miles de pequeñas y medianas empresas. 

Es el momento de que nuestras grandes empresas ayuden con su iniciativa y se impliquen con sus recursos y con su ejemplo, yendo más allá del mero cumplimiento de la ley. Es la hora, en estos momentos especialmente graves, en que las grandes empresas, además de mirar hacia los accionistas, aporten también el compromiso con sus propios empleados y con el conjunto de la sociedad. También deberían escuchar a nuestros jó́venes que emigran a trabajar a otros paí́ses europeos y nos explican las diferencias entre aquel mundo del trabajo y el nuestro y resaltan lo que allí han percibido: un mayor valor al empleo y un mayor valor al propio trabajador, a su formación, a su desarrollo profesional y a la transferencia de conocimientos entre generaciones en la empresa.

Es precisamente en estas graves circunstancias cuando debe expresarse la fortaleza y vitalidad de una sociedad, y de todas sus instituciones, y ver si son capaces de fortalecer el diálogo y de alcanzar los necesarios acuerdos para afrontar urgentemente las medidas que nos permitan atacar nuestro gravísimo paro juvenil. Es ahora cuando debe expresarse el test de la verdadera y real cultura, del verdadero compromiso y responsabilidad social de cada empresa, porque desde ellos es desde donde las empresas ganarán su influencia social y no pagando comisiones a partidos políticos, ni en los palcos de los estadios de fútbol o en los cócteles de los grandes eventos.


martes, 5 de febrero de 2013

Política industrial: ¿factura energética o fractura hidráulica?


Desde hace unos años, en la mayoría de los análisis económicos e industriales y, en particular, en todo aquello vinculado con la energía, se ha incorporado un nuevo término: "fractura hidráulica" o "fracking", una nueva tecnología para la recuperación de reservas de gas no convencional del subsuelo hasta hoy inaccesible. Esta nueva tecnología ha permitido, por ejemplo, a EEUU ser autosuficiente en gas natural y, con ello, poder incorporar nuevos y potentes factores de mejora de competitividad en su industria química y petroquímica, competidora muy directa de la industria química europea con no pocas amenazas de descolonización. El desarrollo de las técnicas de fracturación ha alimentado la esperanza de reducir la dependencia energética de muchos países.
.¿Deberíamos estar preocupados los ciudadanos europeos -donde ni siquiera ha comenzado la explotación con esta nueva tecnología- por si pudiera representar que perdamos la próxima revolución energética? Más bien parece que no, ya que en Europa el volumen de las reservas de gas existentes, según la Agencia Internacional de la Energía, no serían tan importantes como en EEUU o China. Pero podría ser muy importante y positivo para la economía y la industria de aquel país europeo que tuviera un volumen importante de estas reservas energéticas.
También en esto, Europa -donde en junio de 2011 la Comisión de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad del Parlamento Europeo publicó un informe en el que se planteaban interrogantes sobre el uso de la fractura hidráulica como técnica de investigación y extracción de gas-, tiene una realidad heterogénea. Heterogénea en relación a la oposición y contestación social frente a los inciertos riesgos a la salud y medioambientales, que en España es importante. También en relación a las autorizaciones y reglamentaciones para realizar estas exploraciones de gas porque son competencia de cada país miembro, lo cual podría llevar a prácticas diversas y contradictorias dentro de la EU. Por ejemplo, podrían llevarse a cabo en Polonia y no en Francia, con prácticas tan diversas entre sí como su cobertura y su mix energético, donde Polonia cuenta con importantes reservas de carbón subvencionado y Francia con una alta cobertura energética gracias al peso de su energía nuclear.
Así, sería muy positivo que un día la explotación de las reservas de gas no convencionales pudieran ser utilizadas en nuestro país. Para ello es imprescindible una legislación más estricta que obligue a los productores a adoptar las últimas tecnologías, y realizar todos los esfuerzos científicos y técnicos en descubrir y comprender todos y cada uno de los impactos. Y para que los efectos sobre la salud y el medioambiente estén plenamente investigados y regulados, y resueltos positivamente, y sobretodo entendidos socialmente, es necesario un debate social y político que huya de la exageración y el maniqueísmo, que se sustente en el rigor científico, y especialmente esté guiado por el bien común por encima de las rentabilidades y de los intereses económicos o políticos particulares. Así es muy posible que podamos responder la pregunta con la que se encabeza esta reflexión: ¿factura energética o fractura hidráulica?

jueves, 31 de enero de 2013

EL OFICIO DE SINDICALISTA


Circulo Bellas Artes (Madrid) 31 de enero 2013

Nadie se extrañará si digo que estas palabras han sido las más difíciles de escribir durante los largos años de mi actividad pública. La duda ha surgido a la hora de elegir el temario de la que es mi última intervención como responsable de FITEQA CCOO, ante este auditorio tan especial, cada uno de vosotros y vosotras, todos compañeros y amigos, a quienes de todo corazón quiero agradecer vuestra presencia que nos honra como organización y como personas.

Confieso que la verdadera dificultad han sido las tentaciones que me han rondado, confirmando que si la carne es débil, el ego lo es todavía más.

Me he imaginado exponiendo ante tan distinguida audiencia “mi testamento político-sindical”, como quien dice ¡ahí queda eso! o ¡he dicho!. O haciendo una crónica de mi larga militancia, porque ya sabemos que todos tenemos una memoria tan buena, que incluso nos acordamos de aquello que no ha pasado nunca.

Pensé en aprovechar estos minutos para daros mi opinión sobre la actual situación social y económica, sabiendo que se resume diciendo que es muy grave. Al ser mi última intervención ante personas tan generosas, pensé incluso que podría hablar sobre temas y materias cuya ignorancia podría disimular gracias al escaso tiempo del que dispongo.

Pero voy a dedicar estos minutos para reivindicar el OFICIO DE SINDICALISTA, mi oficio, el que amo profundamente y que expresa una vocación sincera, que me ha facilitado, junto a mi buena salud, mi maravillosa familia que hoy está aquí y los muchos y leales compañeros y amigos y amigas, poder afirmar, no sin un poco de mala conciencia por sentirme tan privilegiado: ¡he sido y soy una persona muy feliz!, Feliz y muy agradecida por ello, agradecida a todos vosotros y vosotras  porque tenéis mucho que ver en ello. Gracias a todos.

Amigas y amigos, no tengo ningún pudor en confesar que he estado enamorado de mi trabajo porque me enamoré de muchas de las personas valientes, trabajadoras y leales con las que he trabajado en mi federación. Personas de CCOO que admiro y siempre admiraré como Salvador Bangueses. Compañeras que nos enseñan día a día que por cada mujer cansada de aparentar debilidad hay un hombre débil cansado de hacerse el fuerte. Y de tantas otras personas del banco sindical.

También del banco patronal y empresarial, a quienes no pienso citar para que no se me vea demasiado el plumero, pero no podría bajar de este escenario sin decir: Fabián Márquez eres un gran profesional, el diálogo social en España y las relaciones laborales del Sector Químico te deben mucho.

Y José Luis Montesinos Moreno, todo rigor, voluntad de sacrificio, estudio y modestia, virtudes, junto al compromiso, tan escasas y tan necesarias en nuestras sociedad, también en CC.OO. José Luis has sido elegido hoy Secretario General de FITEQA CCOO, y sólo te daré un consejo para tu nueva responsabilidad: enamórate de tu gente, de tus equipos, e intenta demostrárselo, que además  así te perdonarán muchos de los errores que vas cometer.

Confieso que durante todos estos años no sabía qué contestar a la pregunta ¿su profesión? y he contestado: profesional, asesor, fresador, mecánico, he contestado con muchos oficios, todos falsos, porque mi verdadero oficio es SINDICALISTA.

Sindicalista no es un verdadero oficio, lo sé. No está reconocido por ningún colegio profesional, no se accede con oposiciones o exámenes por títulos. No garantiza ninguna renta o prestigio particular. No es un verdadero oficio porque contiene (o tendría que contener) una buena dosis de voluntariedad e idealismo, o dicho de otra forma para definir idealismo: asumir objetivos como ciertos y verdaderos que aunque nuestros cinco sentidos no perciban con claridad, uno desea con tal fuerza  que la constancia en perseguirlos los van convirtiendo en vocación. Ya sé que eso mismo en algunas escuelas de psicología igual lo definen como locura, pero creo que sería exagerar. No estamos locos.

Una actividad o trabajo voluntario que no debería identificarse o significar improvisación e imprecisión, porque tan importante como la conciencia que debe tener el sindicalista en su indispensable e inequívoca colocación, junto aquellos que representa en el conflicto de intereses en la empresa y en la sociedad, está el rigor exigido, están los necesarios conocimientos, teóricos, prácticos, las técnicas de trabajo que van más allá de, permitidme la ironía, digamos de estar con los "buenos", o de forma más objetiva, estar con tus representados. Hoy también a los mejores sindicalistas se les dice: "Es uno o una que conoce bien su oficio".

No sé cuánto de lejos habré estado de aquella definición de sindicalista que hizo Pablo Iglesias hace más de 100 años cuando dijo: "los representantes de la clase obrera, son los que tienen que dar la cara con más frecuencia, los que tienen que alentar a los trabajadores en los momentos de desaliento, los que tiene que darles ejemplo arrostrando las arbitrariedades de los patronos, de las autoridades y de todo el mundo..... De modo que no pueden ser de madera de vividores que engañan a los suyos; por el contrario han de ser hombres  incorruptibles que dan ejemplo a los suyos de como han de cumplir la lucha".

Amigos y amigas, confieso que nada me gustaría más que no haber estado demasiado lejos de estas condiciones que para este oficio reclamaba hace más de cien  años Pablo Iglesias, porque que hoy siguen siendo igualmente imprescindibles.

Si tuviéramos que hacer la definición de funciones de su puesto de trabajo, el oficio de sindicalista consiste esencialmente en el arte de distinguir correctamente en cada caso entre aquello en lo que debemos ponernos de acuerdo y aquello en lo que podemos -e incluso debemos- mantener el desacuerdo. Dicho de otra forma, su función esencial consiste en negociar y acordar con quien representa a la empresa, las condiciones de trabajo y la renta de sus representados, de todos los trabajadores y las trabajadoras, estén a jornada completa o a tiempo parcial, a turnos, sean jóvenes, veteranos, inmigrantes, o desempleados etc., a la clase trabajadora con todas sus pluralidades.

Por ello, desde los inicios, la organización básica del sindicalismo ha estado siempre, (salvo aquellos sindicatos, que los hay pero no es común en los países de nuestra órbita, que en la práctica son más un movimiento político), en los centros de trabajo, y su encuadre responde a las especificidades productivas, profesionales, de la propiedad de las empresas, pero siempre respondiendo a la relación del trabajador con su puesto de trabajo y las condiciones del mismo.

Creo que la síntesis del oficio de sindicalista está en encontrar la justa relación entre la razón, la racionalidad  y lo razonable. Está en saber transitar inteligente y honradamente con estos conceptos, entendidos como LA RAZÓN o acción intelectual que nos pone en contacto con la realidad, y la facultad de juzgar, ordenar y relacionar nuestros conocimientos. La RACIONALIDAD, como la capacidad de acompañar esa razón por la escala valores del sindicalismo, guiados por la solidaridad y la defensa de los más débiles, para llegar a un resultado, a un acuerdo RAZONABLE, que quiere decir  posible, negociado y aceptado.

La crisis social y política, no solo económica, que vivimos, está debilitando, cuando no destruyendo, los débiles instrumentos de representación democrática que tenemos: partidos, patronales y sindicatos, y con ello a sus representantes y, en particular, a los sindicalistas, haciendo todavía más meritorio el compromiso de aquellas personas que ejercen este oficio en un país donde se desconfía del voluntariado y del compromiso hacia los demás, donde la expresión más común cuando se dice que zutano o mengana se ha presentado como voluntario en la Sociedad Protectora de Animales, o en la Cruz Roja, o a limpiar el bosque comunitario, o a las elecciones sindicales en su empresa, la expresión es "será por algo y algo se llevará".

Es muy difícil esta actividad de ejercer la representación de los demás y la militancia social, como también saben algunos amigos empresarios comprometidos con su causa, que han utilizado recursos y tiempo a sus familias y empresas asumiendo responsabilidades en su Asociación Empresarial, en este país del "algo se llevará".

Una realidad preocupante que explicó muy bien en un magnífico artículo en El País del pasado 8 de octubre nuestro amigo Marcos Peña, a quien aprovecho para decir que es un gran honor que esté hoy aquí con nosotros y contar con su amistad, y que siempre ha sido un referente para mí. En ese artículo titulado: "Parece que toca defender a los políticos..." que nos mandamos unos a otros como el que respira aire fresco, decía: ‘hacen falta, y mucha, los políticos, hacen falta y mucha, sindicalistas y líderes empresariales. Y lo que de verdad hace menos falta es que agotemos nuestras energías en regresar a la tribu, en debates emotivos y viscerales de eficacia más que dudosa que muy rara vez registran realidad’. Gracias, Marcos, por tu compromiso con la democracia y el progreso social. Estoy convencido de que la solución a nuestros muchos y graves problemas están  hoy aquí, en buenos y honrados sindicalistas, en buenos y honrados gestores empresariales, en buenos y honrados  profesionales de la docencia, de la economía, del derecho y de la política, como también está a pocas manzanas de aquí en la carrera de San Jerónimo, en los centros de trabajo y de estudio.

Amigos y amigas, me apetece expresar que no he sentido la más mínima incomodidad por ser y ejercer de catalán ni en Madrid ni en ningún otro lugar de España, más bien todo lo contrario, he recibido reconocimientos previos, y por esto, inmerecidos, que iban asociados a mi origen de catalán. Deciros que milito con esa multitud de personas de éste y otros países, que ya nacimos cansados de patriotismos baratos. Que soy de los que piensan que se pierde mucho tiempo y energías discutiendo esencias en lugar de dedicarlo a construir existencias. Y sobre todo pienso que en estos momentos complejos el Sindicalismo Confederal de UGT y CCOO es o debería ser, un instrumento esencial y básico para la defensa de los valores universales que son la democracia, la justicia, la equidad y la cohesión social. Que debería ser uno de los tirantes más sólidos y resistentes de los que dispone la sociedad española hecha de singularidades potentes y sensatas, capaces de entenderse y de respetar un proyecto de convivencia común.

Compañeras y compañeras de FITEQA CCOO: me habéis permitido realizar el trabajo más importante de todos aquellos que a mi persona le podían ser ofrecidos, de haberlo podido hacer durante largos años y me habéis premiado permitiéndome defender mis ideas y trabajar para que con las vuestras, intentemos mejorar las condiciones de trabajo y por ello, la sociedad. Espero de verdad haber sabido pagar tal honra con mi trabajo, con mi dedicación. Espero haber ejercido mi responsabilidad: “con discreción y aseo” empleando una frase taurina más propia de mi amigo y admirado José Luis López Bulla, a quien aprovecho para agradecer en nombre de un regimiento de gente, su intensa y rica aportación constante e inagotable al tan necesitado estudio y análisis del mundo del trabajo y del sindicalismo, como también su presencia y sus palabras.

Para acabar, voy a cumplir con la promesa hecha a quienes os habéis interesado por lo que iba a hacer a partir de hoy. Empiezo un nuevo trabajo que espero no tardar mucho en cargar también de ilusión. Un viaje en un mar muy tormentoso como es la situación económica que vivimos. Consciente, como dice el adagio que si uno va a un lugar nuevo que no conoce, deberá ir por caminos que desconoce, prometo aplicar el consejo del sabio cuando aconseja ‘el día que no sepas a donde vas, acuérdate de donde vienes'.

Soltaré amarras e izaré las velas de un minúsculo bote de nombre ÉTICA.ORG,  empresa dedicada a la gestión de equipos, formación e iniciativas para la mejora y gestión del cambio en las Relaciones Industriales y la Responsabilidad Social, que mañana registraré y desde donde intentaré ganarme honestamente el salario, exprimiendo lo que creo que he aprendido con vosotros y vosotras durante estos años: dirigir y formar equipos, arrancar proyectos, inventar objetivos, en resumen liderar grupos y proyectos. Unos conocimientos que espero puedan ser de interés para algunas empresas, entidades y organizaciones y si es así, ¡FANTÁSTICO! Y si no, antes de que se estropee demasiado su único tripulante amarraré ese pequeño bote, volveré a tierra, volveré a mirar la brújula..

Ahora sí, hasta siempre, amigos y amigas, hasta siempre compañeros y compañeras de CCOO,  sabed que me llevo vuestro afecto y que soy muy  feliz de ser uno de los vuestros,  y como dejó escrito el trabajador de CCOO del textil y gran poeta catalán Miquel Martí i Pol:

Cridem qui som i que tothom ho escolti.
I en acabat, que cadascú es vesteixi
Com bonament li plagui, i via fora ,
Que tot està per fer i  tot és possible .

Gritemos quiénes somos y que todos lo escuchen.
Y luego, cada uno se vista  como buenamente le plazca. ¡Y a la calle!
Que todo está por hacer y todo es posible.

martes, 29 de enero de 2013

LA REFORMA LABORAL Y EL CORRIDO DE LA MINISTRA BAÑEZ


Dice el corrido de Rosita Alvírez: "La noche que la mataron Rosita estaba de suerte:/ de tres tiros que le dieron / nomás uno era de muerte".

Algo muy parecido a este conocido corrido mexicano nos dijo la ministra de Empleo, Fátima Báñez, el 23 de enero, el día antes de la publicación de los datos trimestrales de la Encuesta Población Activa (EPA). Nos dijo la suerte que había tenido el empleo en España, porque el gobierno había aprobado hace casi un año la reforma laboral. Habíamos tenido suerte, porque gracias a su reforma sólo hay 691.700 personas más en el paro y sólo hay 1.800.000 hogares con todos sus miembros sin empleo. Suerte, porque gracias a la reforma laboral y a las nuevas figuras de contratación laboral, sólo el 55,1% de los jóvenes están en el paro y tan sólo hay 46.100 más desde la aprobación de la reforma laboral. 

Realmente, tenemos suerte. La misma suerte que Rosita, cuando oímos a la ministra Báñez, un día antes del mazazo de esa última EPA, que nos recuerda que sólo el 37% de la población española está empleada. Un dato que habla por sí solo si lo comparamos con el 49% en Alemania y 51% en Holanda. Y dice ahora la Ministra que "gracias a la reforma laboral aprobada por el Gobierno se está combatiendo eficazmente el paro y está dando muy buenos resultados. Como muestra el hecho de que se hayan firmado en un año 73.600 contratos para pymes y 50.200 contratos de formación". A lo que, todos a coro, deberíamos añadir: “¡Ni más, ni menos!”.

Lo más grave de las declaraciones de la señora Ministra, incluso más que los propios datos, es pretender persistir en actos de fe o, aún peor, el cinismo que imposibilita la mínima objetividad para analizar, más allá de debates académicos, políticos o ideológicos, como expresan con toda crueldad las cifras del paro y destrucción de empleo de la última EPA, el negativo resultado de la reforma laboral. Y no ver lo que nos enseña el día a día, cuando demasiadas empresas han visto en el ajuste vía despidos el camino más fácil, cómodo y barato, para gestionar sus dificultades coyunturales ante la bajada de la demanda. Esta decisión se impone en lugar de la tan repetida flexibilidad interna que pudiera ir ligada al mantenimiento del empleo, opción que precisa de un mayor esfuerzo de negociación y compromiso de las empresas con los trabajadores y sus representantes. 

Ahí tenemos la prueba del estrepitoso fracaso en términos de empleo de la última reforma laboral. Nos lo explican muy bien Carlos Martín y Miguel Ángel García, del gabinete Económico Confederal de CCOO, en su artículo "Tres reflexiones sobre la EPA" publicado en el diario El Mundo, cuando señalan que "aunque el PIB cayó menos el año pasado (-1,3%) que en 2009 (5,7%), la destrucción de empleo en el sector privado ha sido casi el doble en 2012 en términos comparados". 

Cuando en el año 2009 por cada punto de caída del PIB el empleo asalariado del sector privado se redujo 2,2 puntos porcentuales, en el año de aplicación de la reforma laboral la perdida ha sido del 4%. Se cumple así el lógico efecto de cuando se facilitan las causas de despido y a la vez se eliminan los mínimos equilibrios entre la empresa y sus trabajadores; se desincentivan otras fórmulas alternativas, más complejas porque precisan de un mayor diálogo, pero que dan un resultado más equilibrado a favor del empleo. Son éstas últimas fórmulas más frecuentes en otros países y son las que diferencian a las sociedades avanzadas y ricas de las atrasadas y pobres. Pero nosotros estamos de suerte, la suerte de tener la reforma laboral, tanta suerte como Rosita.


jueves, 24 de enero de 2013

REFORMA LABORAL: A PROPÓSITO DEL "ACUERDO (casi) HISTÓRICO" FRANCÉS


Me permito parafrasear el título del editorial de Le Monde del 14 de enero a propósito del acuerdo concluido entre la patronal francesa (MEDEF) con 3 sindicatos (CFDT, CFTC y CGC), porque apunta tanto a la importancia del reto que se habían planteado hace tres meses la patronal francesa y los cinco sindicatos más representativos en nuestro país vecino, como a los resultados alcanzados. Otros dos sindicatos (CGT y FO) no lo han suscrito (1).

La CGT, primer sindicato del país, y la CFDT, el segundo, han explicado el resultado de estas negociaciones desde razones y conclusiones contrapuestas. Resulta difícil valorar a distancia el texto concluido y las explicaciones, porque exigiría un profundo conocimiento del ámbito en que se aplica, sus relaciones laborales, su marco legislativo y convencional, la historia de sus relaciones sociales, así como la coyuntura en la que se concluye. 

Las materias tratadas nos resultan familiares y abordan los temas candentes en el mercado de trabajo y las relaciones laborales e industriales, materias que se encuentran esencialmente en la misma línea de lo pactado en nuestro II AENC, donde junto a la formación, la cobertura del desempleo, los derechos sindicales o la agilización de los trámites administrativos para las empresas, se prioriza la denominada ‘flexibilidad interna’. En un acuerdo suscrito en el marco de la crisis, que necesariamente ha de suponer concesiones y avances mutuos, ha de resultar decisivo para su equilibrio el entorno económico y social en el que se sitúan. Y no sólo el nacional, sino, tanto o más que éste, el supranacional, como la realidad nos demuestra cada día.

Por ello, sin entrar a valorar las virtudes o deficiencias del acuerdo francés, incluso más allá del hecho positivo de que algunas de las reformas contempladas en el acuerdo estén directamente relacionadas o condicionadas a la obligación de las empresas a mantener el empleo, quiero dar la bienvenida a las noticias que nos llegan de Francia, en la medida que sirven para reiterar que la mejor salida de esta situación sólo podrá venir de la mano de un amplio acuerdo social y político. Y si bien su contenido no podría ser un referente para nuestro país –debido a las distintas realidades-, debería ser una lección para el Presidente del Gobierno de España, Mariano Rajoy, y para todos aquellos dirigentes que hablan y reclaman la necesidad de acuerdos y pactos con los agentes sociales. 

Sería muy positivo que tomaran en cuenta las formas y las bases sobre las que se ha sustentado el inicio y el proceso de negociación de este Acuerdo en Francia. Primero, por la apuesta decidida y la voluntad de liderazgo del Presidente de la República francesa, quien, en su primera declaración de gobierno, expresó sin matices que el centro y la base de su mandato residirían en construir el llamado "nuevo contrato social". Segundo, por la clara y decidida voluntad del gobierno francés de hacer del diálogo social un arma contra la crisis y un instrumento para repensar Francia juntos, esencialmente con el diálogo de los agentes sociales. Y tercero, considero necesario el estudio y consideración del método utilizado para la gestación del Acuerdo, que se inició reuniendo a más de 300 representantes del Gobierno, los sindicatos y la patronal en una Conferencia Nacional, con el objetivo de trazar una hoja de ruta común que definiera  las líneas maestras del diagnóstico compartido de la situación del país a corto y medio plazo. El plan anunciado por el  Gobierno de Francia es utilizar el Consejo Económico y Social para discutir y desarrollar los grandes bloques de la política económica francesa: empleo, sistema productivo, igualdad de mujeres y hombres, industria.

La diferencia más importante en esta materia entre los dos países reside en las concepciones tan diametralmente opuestas entre el Presidente de Francia y el de España, el primero porque entiende imprescindible, como definió gráficamente, que para resolver los problemas de su país es preciso "quitar el barro de los engranajes que paralizan la maquinaria francesa y que necesitan de un alto el fuego entre sindicatos y empresarios"  y el segundo, Mariano Rajoy, quien desde el día de su elección se ha dedicado a tirar toneladas de arena a los engranajes de la maquinaria de las relaciones laborales española despreciando el diálogo social con el aplauso de importantes sectores de la patronal. Así que, bien pensado, podríamos sacar del Acuerdo (casi) histórico de nuestros vecinos franceses algunas experiencias útiles para nuestro país, cuando menos sus formas, porque el contenido seguro que lo mejoraremos con nuestra voluntad de diálogo y propuestas. ¿Por qué? Porque sobran razones: Francia 10 %, España 26, 02% de paro. 


(1) Texto del acuerdo: https://mail-attachment.googleusercontent.com/attachment/u/0/?ui=2&ik=b0af572379&view=att&th=13c68d399f4432e4&attid=0.1&disp=inline&safe=1&zw&saduie=AG9B_P-0TCgdQy25L-ASvxlvSHYi&sadet=1358972382375&sads=d2I-grrOb_f9Zg6R_RGFlh8SgEc&sadssc=1

jueves, 17 de enero de 2013

EL POLÍTICA INDUSTRIAL HAGÁMOS CASO DEL SABIO EINSTEIN

El peor error que podríamos cometer los trabajadores, empresarios, sindicatos y patronales de este país sería esperar que, una vez terminada la profunda crisis que estamos padeciendo, todo, o casi todo, fuera igual en el mundo del trabajo o al menos fuera muy parecido al de ayer. 

Porque esta es la lógica a la que parecen responder muchas de las medidas que se están aplicando en la mayoría de nuestras empresas. Cuando la respuesta para recuperar la productividad perdida se dirige casi exclusivamente a reducir costes por la vía de despidos o reducción de salarios, o que el eslogan preferido sea "hacer lo mismo con menos".

No sólo debemos hacer lo mismos con menos, como se repite constantemente en las empresas, instituciones y organizaciones. Conseguirlo no tiene mucha ciencia, al comprobar que los gestores no reparan en las consecuencias sociales o económicas futuras. 

El verdadero reto al que debemos responder urgentemente está en conseguir hacer cosas diferentes o hacerlas de forma distinta a como se han venido haciendo. Cambio al que incluso se puede llamar innovación. Innovación en el producto, en la gestión, en la organización del trabajo, en la relaciones laborales, y en la formas de gestionar y dirigir.

Nuestro país necesita romper ese conservadurismo desmoralizador porque precisamos remover y liberar todas las energías transformadoras que hemos tenido tanto tiempo dormidas. Y debemos expulsar los miedos al cambio, fruto de esa lógica desconfianza por errores pasados en las empresas, universidades, administraciones públicas y también, como no, en las organizaciones sociales y políticas. 

Somos un país creativo, de gente alegre y comprometida cuando nos sentimos llamados a la implicación. Se nos trata como adultos y no se nos presentan soluciones fáciles ante realidades complejas como la que vivimos. 

Si hablamos de innovación, lo están demostrando día a día algunas redes de solidaridad que se construyen en los barrios más pobres, y lo vemos en las iniciativas de cooperación. Fijémonos como se están reinventando las fuentes de financiación y gestión en muchas ONGs confirmando con ello el valor de la innovación social para fortalecer el sentimiento de la ciudadanía.

Precisamos de esa innovacio
́n fundamentada en la creatividad para encontrar y desarrollar nuevas ideas, y asumir el riesgo de llevarlas a la práctica. Por eso sólo hay innovación allí donde hay compromiso y cooperación, dos condiciones muy necesarias para que nuestras empresas y el conjunto de la sociedad expulsen el pesimismo y el conservadurismo de esperar mejores tiempos pasados que no volverán. 

Porque ha cambiado la demanda y las costumbres, y con ello el mercado y la sociedad. Y mientras se impone "el hacer lo mismo con menos", se olvida la conocida cita de Albert Einstein: "Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo". 

Lo primero que tenemos que conseguir es no volver a repetir los errores pasados que explican con mucha claridad la grave situación que estamos padeciendo, al menos en campos que hemos de reconocer no les hemos dedicado suficiente atención: la educación y la enseñanza, la investigación, el mercado de trabajo, la cooperación empresarial y las relaciones laborales.

Precisamos innovar en nuestras viejas relaciones laborales para modificar la concepción rígida y poco participativa de la actual organización del trabajo de muchas de nuestras empresas. Es necesario revertirlas hacia una gestión más adecuada de los recursos humanos con el objetivo de conseguir una mano de obra más cualificada, más flexible y más polivalente. Pero también más valorada y, con ello, más comprometida con el futuro de su empresa. Porque son los trabajadores y trabajadoras los que condicionan el nivel tecnológico a utilizar y, más importante todavía, su grado de aprovechamiento y un recurso esencial para la innovación de cada empresa.

Evitemos repetir viejos errores aunque sean más baratos y hagamos caso al sabio Einstein: no hagamos siempre lo mismo si no queremos llegar al mismo sitio.

martes, 8 de enero de 2013

LOS "SABIOS" DEL FMI Y EL BURRO QUE TRABAJABA SIN COMER


Joaquim González Muntadas
Secretario General de FITEQA CCOO


Los "sabios" del FMI acaban de confesar que se han equivocado gravemente en los remedios y políticas pensados para atacar la grave crisis económica que padecemos en España junto con otros países de Europa. Reconocen haber subestimado los efectos y el impacto sobre la actividad económica del drástico ajuste fiscal y, con ello, sus consecuencias en la caída del consumo privado, la inversión y el incremento del desempleo.

Dicen que su error viene por considerar en sus estudios que un supuesto recorte fiscal del 1% -equivalente al 1% del PIB- provocaría una reducción en la actividad económica de un 0,5%. La realidad, analizada por el propio FMI, ha sido muy distinta. Un recorte del 1% reduce la actividad económica desde el 0,8% hasta el 1,7 %. Es decir que el error grave está en que el multiplicador fiscal es como mínimo casi el doble de lo que pensaban esos "sabios", algo que la inmensa mayoría de la "ciudadanía tonta" ya intuía, y venía denunciando y movilizándose.

El FMI, junto a las autoridades europeas, ha presionado a los gobiernos de España para que apliquen programas de muy severa reducción del déficit público con el objeto de recuperar la confianza de los inversores internacionales. Hasta el momento, el resultado ha sido ahondar más y más en la recesión provocando efectos dramáticos sobre la vida de millones de personas y, lo más grave, sin haber subsanado en lo esperado los desequilibrios macroeconómicos. Más allá de las teorías de los "sabios", la realidad ha demostrado lo evidente: perseguir el ajuste fiscal sólo a través de recortes en el gasto, sin que vayan acompañados de otras políticas que impulsen la actividad, acaba provocando un efecto de recesión en la economía muy superior al estimado en la pizarra de los "sabios" del FMI, porque ha terminado por frenar la recaudación, incrementar el déficit fiscal y agravar el coeficiente deuda/PIB.

El resultado final ha significado una mayor vulnerabilidad de España ante el apetito de los mercados financieros, que rápidamente han aprendido a alimentarse de los recursos que generan día a día los nuevos recortes y que van deprimiendo más y más nuestra economía, empujándola sin norte a políticas contradictorias e ineficaces que van matando poco a poca nuestra ya débil base económica. Unas consecuencias que  nuestros "sabios del FMI” y otros han descubierto muy tarde, casi tan tarde como: Aquel ingenuo campesino que tenía un burro y pensando en la manera de ahorrar se le ocurrió enseñarle a trabajar sin comer. Así que empezó reduciéndole paulatinamente la ración diaria de comida.  Pasaron los días y el campesino estaba contento por los progresos del animal. Un día el animal dejó de comer y siguió trabajando, así que el dueño se dijo satisfecho ¡ya lo he conseguido! Pero, a los dos días siguientes, se encontró al burro muerto, y, al verlo, el ingenuo campesino exclamó, como ahora exclaman nuestros "sabios" del FMI, ¡qué lástima, y qué mala suerte tengo! ahora que ya había conseguido enseñarle al burro a trabajar sin comer, va y se me muere.

Es el momento de que todos los sectores de la sociedad reaccionen ante el monumental fracaso de la política actual. Reaccionar dando un paso hacia adelante con sus propuestas e iniciativas dispuestas a negociar, como han hecho CCCOO y UGT, primero, con las "Propuestas sindicales para promover el crecimiento, el empleo y la cohesión social ante la crisis de la economía española" presentadas el pasado 21 de diciembre, y luego con el emplazamiento expreso por carta de los dos Secretarios Generales de ambas Confederaciones Sindicales al Presidente del Gobierno, al Presidente de la CEOE y a los Grupos Parlamentarios, para, como finaliza la misiva firmada por Toxo y Méndez, "iniciar un proceso de diálogo y concertación que es lo que nuestro país necesita".

Urge que la Zona Euro revise las formas y el fondo de su política, al igual que el Gobierno español que debe dejar de improvisar para cumplir las obligaciones fijadas. La gravedad de nuestra situación económica, que nadie resolverá por nosotros, reclama con urgencia un amplio proceso de diálogo y negociación, donde confluyan el esfuerzo equilibrado y solidario de todos y para el cual el sindicalismo español ha dado el primer paso, que busca  que lleguemos todos y a tiempo.

miércoles, 26 de diciembre de 2012

ALTERNATIVAS SINDICALES ANTE LA CRISIS Y EL CONVENIO DE LA INDUSTRIA QUÍMICA


Joaquim González Muntadas
Secretario General de FITEQA CCOO

La firma del AENC por UGT y CCOO representó la expresión más clara del compromiso sindical que sitúa la defensa del empleo como prioridad, y a éste como eje principal de la acción sindical de ambas Confederaciones, que sirva para afrontar los cambios que se están produciendo en las empresas y en los sectores productivos, unos provocados por la crisis y otros agravados por las retrógradas Leyes del Trabajo aprobadas por el gobierno del PP.

El AENC II ha sido una apuesta clara y constructiva del sindicalismo español que no ha tenido  correspondencia  por la parte del Gobierno ni por demasiados sectores empresariales. Por parte del Gobierno, a los pocos días de su firma, se aprueba una reforma laboral que introduce recorte de derechos, discrecionalidad por el desequilibrio provocado por el poder concedido a una de las partes, y por parte de algunas patronales, desprecian el diálogo y extreman la peor lectura de la reforma laboral. Todo ello ha significado una grave agresión a las bases construidas durante largo tiempo por la negociación colectiva mediante numerosos convenios hoy bloqueados.

Constructivas son, una vez más, las iniciativas contenidas en las "Propuestas sindicales para promover el crecimiento, el empleo y la cohesión social, ante la crisis de la economía española", presentadas el pasado 21 de diciembre por Ignacio Fernández Toxo y Cándido Méndez con las que  se reclama la recuperación de algo que Gobierno del PP ha venido despreciando de forma reiterada, el Diálogo Social con mayúsculas, como forma de afrontar la crítica situación que atraviesa la sociedad española y para salir de la crisis con menos costes y con unos cimientos más sólidos que los pasados.

Recuperar el Diálogo Social significa también desbloquear los cientos de convenios colectivos sin resolver durante meses o incluso años. Recuperar el Diálogo Social, como reclaman las propuestas presentadas por los Secretarios Generales de CCOO y UGT el pasado viernes 21 de diciembre, es hacer de la negociación colectiva el instrumento eficaz y equilibrado que regule las relaciones laborales, tan deterioradas por la Reforma Laboral.

En la misma dirección, el mismo día 21 de diciembre se ha firmado un Principio de Acuerdo del Convenio General de la Industria Química para 2013 y 2014 (XVII CGIQ) que desarrolla algunos aspectos de la articulación entre empresa y sector,  como son: la aplicación de los acuerdos salariales del AENC II en el periodo 2012-2014. la prolongación de la ultraactividad hasta 24 meses, diversas fórmulas para los contratos de teletrabajo, formación y aprendizaje, reforzamiento de la mediación y el arbitraje y una reformulación de la cláusula de inaplicación del convenio colectivo que amortigua el actual Art 83 del Estatuto de los Trabajadores. Estos son algunos aspectos del contenido del  Principio de Acuerdo del CGIQ 2013 y 2014,  que aspiran a reafirmar la importancia que tienen hoy los convenios colectivos para mantener la cobertura de la negociación colectiva a la mayoría de los trabajadores y trabajadoras de este país y parar en seco la peligrosa tendencia de que cada día haya más personas sin convenio colectivo.

El sector químico ha hecho del Convenio General de la Industria Química (CGIQ) la principal fuente de regulación de sus relaciones industriales y laborales durante los más de treinta años de su historia para la gran mayoría de las empresas en todos sus sectores (farmacia, petroquímica, plástico, caucho, química orgánica, etc.), tanto para los grandes grupos multinacionales como para las pequeñas empresas, tanto para aquellas empresas y sectores intensivos en capital como para los intensivos en mano de obra. Un convenio de ámbito estatal que apuesta por ser una herramienta útil y eficaz en la mejora del empleo y las condiciones de trabajo, los derechos laborales y sindicales, y también en la mejora de la competitividad de las empresas, que por ello y para ello impulsa la intervención sindical activa en la formación permanente, la seguridad y medio ambiente y las políticas de igualdad. Es precisamente el interés mutuo patronal y sindical por mantener y reforzar el convenio colectivo lo que explica el intento de renovar el convenio colectivo en el mes de enero para evitar el  debilitamiento de una negociación dilatada.
  
Por todo ello hay que saludar la recuperada unidad sindical con la adhesión de FITAG UGT, también el día 21 de diciembre, al convenio vigente, corrigiendo así su posición de hace dos años (contraria al acuerdo) y el Principio de Acuerdo para 2013 y 2014, que por su contenido refuerza y reafirma que el AENC II sigue vivo, que el Diálogo Social es de interés tanto sindical como empresarial, y a la vez la única vía eficaz para hacer frente a la crisis. Como se reitera en las "Propuestas sindicales para promover el crecimiento, el empleo y la cohesión social, ante la crisis de la economía española", estas propuestas, junto con la necesaria movilización social y sindical, y su explicación en los centros de trabajo, deberían ser una prioridad para CC.OO y UGT.

jueves, 20 de diciembre de 2012

POLÍTICA INDUSTRIAL, ¿dónde está la innovación?


Joaquim González Muntadas
Secretario General de FITEQA CCOO


A la pregunta de dónde está la innovación, esa innovación tan necesaria y reclamada por todos y en todos los ámbitos de debate y opinión, que tanto tiempo ha estado ausente  en las prioridades de nuestra realidad económica e industrial, se puede responder que cuando nuestra realidad política y social se movía sobre unas bases más alegres y divertidas que la triste y gris realidad actual, donde afloran con toda su crudeza nuestros déficits, ya entonces era ignorada.

Al hablar de innovación me viene a la memoria un hecho que presencié hace algunos años con ocasión del homenaje a un trabajador por su jubilación en una empresa química de Tarragona. Con él, sus compañeros y la dirección de la empresa querían expresarle un reconocimiento especial, por lo que tanto la dirección como la representación de los trabajadores solicitaron, y le fue concedida, la Medalla al Trabajo de la Generalitat de Catalunya, que le entregó el Molt Honorable Jordi Pujol.

En su discurso, y después de unas emocionadas palabras de agradecimiento, mi compañero se  dirigió a los máximos responsables de la dirección de su empresa y les dijo "Sepan ustedes, queridos amigos, que durante cuarenta años han tenido mis manos, pero habrían tenido también mi cerebro, si me lo hubieran pedido, por el mismo precio".  Creo que ha sido la crítica más feroz de un trabajador  y la definición más cruda que he oído de una empresa por antigua donde es muy previsible que de ella salga poca o ninguna  innovación.

Deberían quedar muy lejos aquellos tiempos en que las empresas se inspiraban en la conocida queja de Henry Ford cuando dijo: "Cada vez que pido un par de brazos, me vienen con un cerebro", porque la persona se consideraba un apéndice de la máquina. Y  muy lejos quedan ya aquellos tiempos en los que la innovación y las fuentes del conocimiento de las empresas industriales se encontraban en el apoyo de un inventor externo e independiente, porque los conocimientos técnicos eran fáciles de encontrar, copiar y aplicar, y esencialmente porque su organización taylorista del trabajo era rígida, repetitiva y sin iniciativa. Así funcionaba mayoritariamente la empresa nacida de la revolución industrial, algo muy distinto a la realidad actual, donde la innovación por lo general es más el resultado de un proceso interno de transformación de los conocimientos existentes en la empresa.

Ante la grave crisis que padecemos hoy,  todos los programas, iniciativas, plataformas o informes, reconocen la necesidad de impulsar la industria como vía de salida de un modelo de crecimiento sustentado por una economía de bajo valor añadido y empleo poco calificado, que está agotado. Todos reiteramos insistentemente que la economía tiene la urgente necesidad de impulsar la mejora competitiva de nuestra industria, para lo cual necesita una apuesta fuerte y decidida por la innovación de cuyo éxito dependerá nuestra capacidad de competir en los mercados y con ello salir, o no, de la actual situación.

A pesar de la insistente retórica sobre la necesidad de impulsar, apoyar y extender la innovación, la realidad es que la mayoría de nuestras empresas siguen padeciendo bajos niveles de innovación, donde la mayoría no va más allá de concentrar sus esfuerzos en reducir costes -por la vía de reducir plantillas o contratar servicios externos- que naturalmente pueden mejorar los resultados económicos, pero al mismo tiempo, cuando el mercado está estancado y la competencia es solo por precios, en no pocas ocasiones se acaba creando un verdadero círculo vicioso que obliga a una espiral de constante deterioro de las condiciones de trabajo y a la vez de destrucción de empleo y, con ello, de debilitamiento del proyecto mismo de la empresa.

La innovación que precisamos potenciar y extender con todo los medios, públicos y privados, es la innovación centrada en explorar mercados y en comprender las necesidades y los problemas de los clientes, la de crear nuevos productos y servicios, esa innovación que conlleva una nueva concepción del trabajo cooperativo y con la participación de los trabajadores. La innovación que precisamos  es la que surge de una nueva organización del trabajo capaz de convertirse en un ámbito de generación de valor, reflexión, diseño y aprendizaje individual y colectivo. La innovación que surge de unas relaciones laborales no autoritarias, donde se reconoce el esfuerzo individual y colectivo, porque permite desarrollar la innovación de los productos y procesos en los que interviene cada trabajador más allá de la posición que ocupa en el proceso productivo.

En resumen, cuando se motiva y se reconoce que además de las manos, lo más importante es el cerebro de todas y cada una de las personas que conforman la empresa, y por extensión, el lugar de trabajo se convierte en el ámbito más importante para la formación y la innovación, se entiende que los recursos humanos son un bien a cuidar, por no decir a mimar, ya que por mucha crisis y desempleo que soportemos, las personas son el recurso principal de una empresa y de un país y el lugar de donde saldrá gran parte de la innovación que todos reclamamos, porque la mayoría de la organizaciones y empresas tienen el conocimiento en el interior, y el mérito de sus gestores está en encontrarlo, porque ahí se encuentra mucha de la innovación que están buscando.

miércoles, 5 de diciembre de 2012

NO HAY EXCUSAS PARA LOS 137 MUERTOS EN UNA FÁBRICA TEXTIL DE BENGLADESH


Joaquim González Muntadas
Secretario General de FITEQA CCOO.



Al conocer el 25 de noviembre las noticias del terrible incendio en la fábrica textil Tazreen Fashion de Bangladesh que causó 137 muertos, me asaltó, junto a los sentimientos de dolor, indignación y solidaridad, una preocupación. La misma que seguro han tenido las trabajadoras y trabajadores de las empresas españolas del textil, la confección y el calzado, y que espero de verdad que hayan tenido también los accionistas y directivos de las empresas españolas con proveedores en ese país. Incluso sería muy saludable que los consumidores, los compradores de las marcas de moda se hicieran la misma pregunta: ¿Se estarían fabricando en condiciones infrahumanas en esta empresa de Bangladesh algunas de las prendas de ropa que llevan nuestras etiquetas, de la ropa que nos hemos puesto o nos vamos a poner mañana? Y, si fuera así, ¿tendríamos que considerarnos responsables, por activa o por pasiva, de tan terrible suceso? 

Tras la comprobación, se ha aclarado que las empresas españolas del sector no tenían a esta empresa como proveedora, y es una buena noticia. De la misma forma es muy mala noticia que importantes marcas líderes mundiales se proveyeran de una empresa que no garantizaba el más mínimo derecho a la seguridad del trabajo y con ello de los mínimos derechos laborales.

Estos 137 muertos en Bangladesh --unidos a los causados por los incendios del pasado mes de septiembre en Pakistán, en Ali Enterprise, fábrica del textil de Karachi, donde fallecieron 290 personas y que producía también para marcas multinacionales, como los 25 muertos en Golden Shoes, fábrica de calzado de Lahore-- constituyen no sólo un drama para los trabajadores y las familias directamente afectados, sino una terrible señal de alarma para el mundo empresarial, las instituciones y organismos internacionales, la sociedad entera. Como insistentemente se reclama desde el movimiento sindical, debemos asumir que el remedio pasa necesariamente por la globalización de todos los derechos laborales en el mundo.

La Federación Sindical Internacional, IndustriALL Global Union, exige la inmediata investigación de las causas del incendio de la fábrica textil Tazreen Fashion de Bangladesh, para que todas las partes implicadas, incluidas las potentes multinacionales que fabrican allí sus prendas, asuman su responsabilidad. Y para ello hay que empezar por las responsabilidades criminales que comportan las nulas medidas de seguridad en los edificios y en el trabajo, y seguir con las indemnizaciones a las familias de las víctimas, de los heridos y de los trabajadores que perdieron su empleo en el incendio. 

Y que asuman la urgente necesidad de activar ya, un plan de emergencia de prevención y seguridad de las fábricas para que no se vuelvan a producir catástrofes como consecuencia de instalaciones eléctricas en constante riesgo, sin escaleras de incendios, sin salidas de emergencia, con ventanas con rejas, convirtiendo las fábricas donde trabajan miles de personas en auténticas ratoneras de muerte segura.

No existe excusa ni coartada para los cerca de ochocientos muertos por incendio en empresas textiles en Bangladesh en los últimos cinco años. No es una catástrofe natural, sino la consecuencia de la avaricia, la desidia y la mala gestión empresarial, porque hay instrumentos para evitarlo: auditorías, inspecciones, peritajes y cooperación y colaboración con los sindicatos locales.

Llevar el control de cientos o de miles de proveedores a miles de kilómetros de la sede central de la multinacional, esté en EE.UU o Europa, no es ni fácil ni barato, pero colocar, como se está haciendo, en el puerto de Chittagong prendas por uno o dos euros de coste de fabricación, debería hacernos intuir que es posible que las empresas pueden asumir el coste de garantizar que las personas que fabrican sus prendas no estén en régimen de esclavitud, aunque las leyes locales se lo faciliten y los corruptos gobernantes y empresarios sin escrúpulos de ese país lo promuevan. 

No hay excusa para Wallmart, Carrefour, C&A, Casino, International Direct Group Inc, importantes y famosas marcas para las que estaban trabajando los 137 muertos y cientos de heridos. Como no habría excusa ni explicación para ninguna empresa de la moda española si hubiera estado en esta indeseable lista, por muchos esfuerzos que estuvieran haciendo, como así es, para mejorar y avanzar día a día en el control de las condiciones de trabajo y el respeto de los derechos laborales de sus proveedores.

Y ahí está. Ahí debe estar con toda su fuerza, el compromiso del sindicalismo internacional y de las organizaciones sindicales y de los trabajadores y trabajadoras de los países y las empresas multinacionales españolas para exigir el trabajo decente y para intervenir en su verificación, en toda su cadena de producción, en todas sus filiales, proveedoras, contratas y subcontratas. Aunque estén a miles de kilómetros de la sede de la multinacional y aunque los trabajadores y trabajadoras de esas empresas de su cadena de producción no lleven en su ropa de trabajo el logotipo de la multinacional. Ahí está el empeño sindical diario y constante por el trabajo digno en el mundo, ahí está también una respuesta clara a aquellos que nada inocentemente se preguntan ¿para qué sirven los sindicatos?: para combatir la injusticia y organizar la solidaridad.